Memoriza: «Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.» 2 Juan 1:2
Lee: 1 Juan 2:15 – 17
15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
MENSAJE
El deseo de Dios para todos Sus hijos, es que sean grandiosos físicamente, espiritualmente, mentalmente, materialmente, psicológicamente, financieramente, y en la salud. Mientras tanto, el deseo de satanás es que ningún hijo de Dios consiga la plenitud de todas las promesas de Dios. Así que, pone un montón de distracciones en nuestro camino para desviarnos del camino de justicia.
La lujuria es uno de los grandes caprichos y también es el mayor enemigo de la grandeza. De todos los caprichos mencionados en nuestro texto Bíblico de hoy, la lujuria de la carne es el mas devastador. En Génesis 34:1 – 26, un joven llamado Siquem raptó a la hija de Jacob, Dina, y él y sus amigos fueron asesinados como venganza. La lujuria de la carne, tan siempre como pueda sonar, da lugar a un montón de pecados como vemos en el texto Bíblico de hoy. Normalmente, el arrepentmiento de estos pecados viene después cuando el daño ya está hecho.
Si estás experimentando estancamiento, examina tu vida cuidadosamente. Después, si te das cuenta de que este estancamiento es culpa tuya, clama a Dios para que te perdone.
PUNTO CLAVE: El pecado impide la grandeza.