Devocional Cielos Abiertos

LAS OBRAS DE LA GRACIA I

Memoriza: «Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.» Isaías 1:18

Lee: Ezequiel 36:24 – 27

24 Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país. 25 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

BIBLIA EN UN AÑO: Ezequiel 39 – 40

MENSAJE

La carrera Cristiana es una maratón, no un sprint. Algunos de nosotros pensábamos que Jesús vendría en pocos años después de habernos convertido. Aunque Él no ha vuelto aún, créeme cuando te digo que Su llegada está más cerca que entonces; Él estará aquí pronto. Puesto que esta carrera es una maratón, entonces esto significa que además de fuerza, necesitarás también resistencia si quieres correr la carrera con éxito. La resistencia viene por la gracia especial de Dios, la cual Él pone a nuestra disposición para mantenerte de pie hasta el final. Estas son las obras de la gracia.

Cuando nací de nuevo, nos enseñaron que habían tres obras de gracia que Dios pone a disposición de los Cristianos – la Salvación, la Santificación y el Bautismo en el Espíritu Santo. Decidí investigar un poco más y descubrí que hay por lo menos 7 pasos en este proceso. De nuestra lectura Bíblica de hoy, descubrimos que la primera cosa que Dios dice que Él hará incluso antes de la Salvación es reunir a los Suyos (Juan 6:44). No puedes ser salvo a menos que Dios te acerque a Él primero.

Cuando llegué a la Iglesia Cristiana Redimida de Dios, fué porque tenía un problema que mi educación no podía resolver y Dios usó ese problema para acercarme a Él. Cuando alguien está hablando sobre su experiencia de salvación y dice, «Encontré al Señor», solo están hablando desde un conocimiento limitado. Dios nunca se perdió; es Él quien nos encontró a nosotros (Juan 15:16). Esta es la razón por la que si eres verdaderamente salvo ahora, debes de darle las gracias a Dios siempre por la salvación de tu alma.

Sin embargo, es posible que Dios pueda estar acercando a una persona a Él, pero la persona se niegue a ir a Él. El final de ese tipo de personas es siempre desastroso. Había un jefe muy conocido al que Dios me envió a predicar salvación, y siempre que le visitaba, él decía «Aún no». Un día, tuvo un infarto que le dejo inconsciente; me llamaron para orar por él y en una hora recobró su saldo, como si no le hubiera pasado nada. Esta vez le dije, «Siento que Dios te está dando una última oportunidad; ¿darás tu vida a Cristo ahora?» Otra vez dijo, «Aún no». La última vez que escuché de él estaba muerto. Si Dios te está acercando a Él, y tu le rechazas una y otra vez, le estás diciendo claramente que prefieres ir al infierno que al cielo. Es mejor que te rindas a Él ahora por tu propio bien.

REFLEXIÓN: Examina tu vida: ¿Has estado ignorando el llamado de Dios a vivir en santidad?