Devocional Cielos Abiertos

NO JUZGUES

Memoriza: “No juzguéis, para que no seáis juzgados.” Mateo 7:1

Lee: Mateo 7:3 – 5

¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

MENSAJE

Tu actitud hacia alguien que comete un error es muy importante. Cuando alguien comete una ofensa, la responsabilidad está en ti, que aún estás espiritualmente firme, de señalarle el error a la persona con amor, hablarle del arrepentimiento, y hacer un seguimiento en su re-dedicación a Dios – pero no juzgues a la persona rencorosamente.

Si condenas o hablas con una actitud condenatoria con el ofensor, no estás siendo mejor que esa persona. Alguien puede preguntar, “¿Qué pasa si juzgo a la persona en mi pensamiento y no con palabras?” Esto es pecado también porque se supone que tienes que corregir a la persona en amor con el objetivo de ayudarla a volver al lugar de comunión con Dios y con otros hermanos.

Así pues, si tienes un amigo que ha dejado de ir a la iglesia, o se ha apartado de Dios, visita a esa persona hoy, anímala y ora por ella, y y no te unas a otros en etiquetar al pecador. Recuerda, tú no eres perfecto, y si juzgas a alguien, tú también serás juzgado.

PUNTO CLAVE: No condenes; en vez de eso, corrige con amor.