Devocional Cielos Abiertos

NO ERES NADA SIN DIOS

Memoriza: «No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.» Salmos 103:10

Lee: Lucas 7:36 – 47

Jesús en el hogar de Simón el fariseo

36 Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. 37 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; 38 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. 39 Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. 40 Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. 41 Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; 42 y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? 43 Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. 44 Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas esta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. 45 No me diste beso; mas esta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. 46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas esta ha ungido con perfume mis pies. 47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.

BIBLIA EN UN AÑO: Salmos 119

MENSAJE

En 1 Reyes 3:4, Salomón decidió darle a Dios una ofrenda realmente especial. Sacrificó 1.000 cabezas de ganado. Los sacerdotes debieron estar muy sorprendidos, pero luego Salomón consideró las circunstancias detrás de su nacimiento y se sintió indigno de ser rey. Normalmente, Salomón debería haber sido odiado por todos, pero allí estaba él, el elegido para ser rey. Sabía que no merecía lo que había recibido de Dios, así que no escatimó nada a la hora de agradecerle.

Muchas veces, no le agradeces lo suficiente a Dios porque crees que mereces todo lo que Él te ha dado, pero si miras de cerca, verás que estás equivocado. El día que Dios me indicó que por no ser hijo de la primera mujer de mi padre, no debo ser usado por Él conforme a la ley, sino que su misericordia me había hallado útil, me hice más humilde en mi acción de gracias. Isaías 64:6 dice:

«Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.»

Si crees que tus bendiciones son el resultado de tu arduo trabajo, deberías ir a ver a algunas personas que trabajan mucho más que tú, pero que no son ricas. Si crees que tu éxito hasta ahora se basa en lo inteligente que es, necesita ir al manicomio y ver a muchas personas brillantes que han perdido la cabeza. El hecho de que incluso puedas despertarte por la mañana es razón suficiente para dar gracias a Dios. El Salmo 3:5 dice: “Me acosté y dormí; desperté; porque el SEÑOR me sostuvo.”

Si piensas profundamente, verás que no mereces nada de lo que Dios te ha dado. Verás que es en Él que vives y te mueves e incluso tienes tu ser (Hechos 17:28). Verás que sin Él nada puedes hacer (Juan 15:5). No sé ustedes, pero en cuanto a mí, sé que me habría ido hace mucho tiempo si no fuera por Él. Sé que todo lo que soy es el resultado de sus tiernas misericordias hacia mí, así que lo alabaré con todo mi corazón. Nunca retendré nada para darle gracias.

PUNTO DE ACCION: Pasa al menos una hora agradeciendo a Dios por todo lo que eres y tienes hoy.