Memoriza: «Los que amáis a Jehová, aborreced el mal; Él guarda las almas de sus santos; De mano de los impíos los libra.» Salmos 97:10
Lee: Salmos 1:1 – 3
El justo y los pecadores
1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.
MENSAJE
El plan de Dios para ti es la victoria total sobre el pecado, el yo, satanás y el mundo. Él quiere que venzas así como Jesús venció mientras estuvo en la tierra. Una de las formas de identificar a alguien que verdaderamente ama a Dios es por el nivel de odio que tiene por el pecado.
No puedes decir que odias el pecado y sin embargo sentarte con los pecadores o tenerlos como tus amigos cercanos. Por ejemplo, si dices ser un hijo de Dios, y tu amigo más cercano toma alcohol, drogas, cigarrillos, etcétera, pronto te unirás a él/ella para tomarlos. Los amigos que no siguen tu camino, particularmente si estás en el camino correcto al Cielo, son facilitadores del pecado, y debes acabar con ellos.
¿Encubres a los pecadores? Si tus amigos usan tu casa como excusa para ir a una fiesta, estás facilitando el pecado. Supongamos que desocupas tu espacio o habitación para que la gente cometa fornicación o le des dinero a alguien que estás seguro lo usaría para comprar alcohol o cigarros, abortar, etcétera, en ese caso, eres un facilitador del pecado.
PUNTO CLAVE: Si animas a otros a pecar sin unirte a ellos, no eres mejor.