Memoriza: «Si oyeren, y le sirvieren, Acabarán sus días en bienestar, Y sus años en dicha.» Job 36:11
Lee: Isaías 40:28 – 31
28 ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. 29 Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. 30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; 31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
BIBLIA EN UN AÑO: Salmos 9 – 17
MENSAJE
Cuando la luz blanca pasa a través de un prisma, uno de los colores que verás es el amarillo. El amarillo es el color del sol y uno de los nombres de Jesucristo es el Sol de justicia (Malaquías 4:2). El amarillo que está incrustado en la luz de Dios en ti trae sanidad consigo.
El amarillo, siendo el color del sol, también significa que es el color de la energía ilimitada. Cuando llevas esta luz de Dios dentro de ti, disfrutas el tipo de energía que la gente no puede entender. Esto se debe a que Isaías 40:31 dice que los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas. Cuando estaba por cumplir los 70 le pedí a Dios si me podía retirar y me dijo que no. Entonces pensé que descansaría todo el año. Lo que descubrí es que mi año 70 estuvo más ocupado que todos los años anteriores y, por la gracia de Dios, todavía estoy de pie. No importa la edad que tengas, tu energía nunca se agotará, en el nombre de Jesús.
El amarillo también es el color del oro puro y es por eso que, si estás conectado con la luz de Dios, solo debes prosperar. Además, Filipenses 4:19 dice: “Pero mi Dios suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. El Salmo 23:5 nos muestra que nuestro Dios es un Dios de abundancia. Créame honestamente, todo lo que necesitas es un solo avance y cruzarás la frontera de la pobreza para siempre (Malaquías 3:10).
Había una vez un chico árabe que nació de nuevo en un país islámico y escapó a Inglaterra para evitar la persecución. Llegó a Londres y trabajó como mesero en un restaurante. La vida era muy difícil para él, pero se aferró a su fe. Un día, escuchó a un hombre árabe rico quejándose en árabe. Le preguntó al hombre qué le pasaba. El árabe rico, que había venido a Londres para comprar casas, se había sentido frustrado por su fracaso debido a su incapacidad para hablar inglés. El hombre, emocionado por haber encontrado a alguien que entendía tanto árabe como inglés, le pidió al chico que fuera su intérprete y le pagó un millón de libras por día durante tres días.
Una vez que llevas la luz de Dios dentro de ti, te conviertes en un candidato para la prosperidad divina.
PUNTO CLAVE: Llevar la luz de Dios en ti significa llevar la prosperidad divina en ti.