Memoriza: «Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios.» 2 Corintios 6:1
Lee: Génesis 6:1 – 8
La maldad de los hombres
6 Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. 3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. 4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.
5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. 6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. 7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. 8 Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.
MENSAJE
La historia de Noé en la lectura Bíblica de hoy es un ejemplo típico de la gracia de Dios obrando en la vida de alguien. Si no entiendes cuán importante es la gracia de Dios en la vida de una persona, considera que cuando el mundo entero fue condenado a la destrucción por el veredicto divino, Noé tuvo un tipo especial de gracia que lo salvó a él y a su familia. En el mundo en que vivimos hoy en día, es sabio buscar fervientemente este tipo de gracia de Dios.
Sin embargo, si has recibido este tipo de gracia de parte de Dios, no lo des por sentado. No seas como Sansón, que pensó que se levantaría y saldría como las otras veces cuando estaba encadenado por los filisteos (Jueces 16:20). No sabía que había perdido su fuerza. El versículo a memorizar advierte que no debes recibir la gracia de Dios en vano. Como hijo de Dios, es un gran desperdicio si después de recibir la gracia de Dios, terminas perdiendo el Cielo.
PUNTO CLAVE: Si has recibido la gracia de Dios, trabaja con ella.