Devocional Cielos Abiertos

FRUTOS DE ARREPENTIMIENTO

Memoriza: «Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,» Mateo 3:8

Lee: Lucas 15:11 – 22

Parábola del hijo pródigo

11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos; 12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. 13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. 15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. 16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.

MENSAJE

Cuando una persona declara que ha nacido de nuevo, uno esperaría que su carácter, tanto en palabras como en hechos, represente la vida de Cristo. Si has nacido de nuevo, ¿puedes decir sinceramente que las cosas viejas han pasado en tu vida?

La prueba del arrepentimiento genuino es evitar aquellas cosas que le prometiste a Dios que no harías más cuando entregaste tu vida a Cristo. Un claro ejemplo se ve en las palabras y acciones del hijo pródigo en la lectura Bíblica de hoy. Los nuevos conversos a menudo confiesan sus pecados a Dios y prometen nunca más volver a ellos, pero tan pronto como dejan la Iglesia, vuelven a vivir sus vidas como antes. Esto está mal.

Si has confesado a Jesús como su Señor y Salvador, tu arrepentimiento debe ser genuino. Por lo tanto, haz un esfuerzo consciente para desistir verdaderamente de tu pasado estilo de vida mundano. Solo entonces recibirás la gracia de Dios para terminar bien.

PUNTO DE ORACIÓN: Padre, ayúdame a dar frutos de arrepentimiento a partir de hoy, en el nombre de Jesús