Devocional Cielos Abiertos

LOS CUATRO HOMBRES EN EL HORNO

Memoriza: Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.” Isaías 43:2

Lee: Daniel 3:20 – 25

20 Y mandó a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo. 21 Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. 22 Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. 23 Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo.

24 Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. 25 Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.

MENSAJE

El versículo a memorizar de hoy nos recuerda la promesa de Dios de estar con Sus hijos siempre que pase en medio de las tormentas, fuegos y ríos de la vida. Esta promesa fue cumplida en las vidas de Sedrac, Mesac y Abednego. cuando fueron echados al horno ardiente, pues Jesús apareció como el cuarto hombre en medio del horno. Los tres hebreos creyeron que el Dios que ayudó a los Israelitas a caminar sobre las aguas, también podía liberarlos conforme a Su promesa. Así pues, quiero que entiendas que las palabras proclamadas por Dios en el versículo a memorizar de hoy, y en otros versículos en la Biblia, no son promesas vacías.

Amado, Jesús puede ser el cuarto hombre que te librará de las luchas de la vida, solo tienes que elegir no contaminarte con la carne de los reyes: esto es, no tienes que dejarte llevar por las cosas del mundo. Él me salvó a mi; puede salvarte a ti también.

PUNTO CLAVE: Jesús siempre aparece cuando le necesitas.