Memoriza: “¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman.” Jeremías 6:10
Lee: Mateo 13:3 – 23
3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. 4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. 5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; 6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. 8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. 9 El que tiene oídos para oír, oiga.
Propósito de las parábolas
(Mr. 4.10-12; Lc. 8.9-10)
10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? 11 Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. 12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. 14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:
De oído oiréis, y no entenderéis;
Y viendo veréis, y no percibiréis.
15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,
Y con los oídos oyen pesadamente,
Y han cerrado sus ojos;
Para que no vean con los ojos,
Y oigan con los oídos,
Y con el corazón entiendan,
Y se conviertan,
Y yo los sane.
16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. 17 Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Jesús explica la parábola del sembrador
(Mr. 4.13-20; Lc. 8.11-15)
18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. 20 Y el que fue sembrado en pedregales, este es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. 22 El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
BIBLIA EN UN AÑO: 1 Samuel 4 – 7
MENSAJE
Después de haber hablado sobre la palabra de Dios estos últimos días, debo decir que hay muchos que no tienen los oídos para escuchar. Apocalipsis 2:7 dice, “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias…”
Hay un peligro en no escuchar la palabra de Dios porque Isaías 6:8 – 10 dice que si puedes escuchar, entonces te arrepentirás y serás sanado. Por eso el diablo pone todos sus esfuerzos en robar la palabra de Dios de nuestros corazones como vemos en nuestra lectura Bíblica de hoy. Estoy seguro de que el día en el que diste tu vida a Cristo, tu no fuiste el único en escuchar ese mensaje. Otros los escucharon y muchos de ellos no entregaron sus vidas a Cristo. Esto es porque aunque tienen oídos físicos, el diablo ha bloqueado sus oídos espirituales.
Además, hay muchos Cristianos que han ido a la iglesia por mucho años; el Pastor les predica sermones poderosos, pero no ha tenido ningún efecto en sus vidas porque el diablo simplemente ha bloqueado sus oídos para que sigan en esa atadura. Oro para que tus ojos espirituales nunca sean bloqueados en el nombre de Jesús.
Hay también, personas que practican la escucha selectiva de la palabra de Dios. En este caso, el diablo no tiene que molestarse, ellos mismos bloquean sus oídos (Jeremías 17:23). No quieren escuchar el pasaje de la Biblia que condenará lo que están haciendo mal. Cuando esa gente me oye decir “Dios ha dicho que debes de ser santo, así como Él es santo” ellos dicen, “¿No tiene nada más que decir?”.
Salmos 95:6 – 8 lo dejó claro, que si quieres escuchar la palabra de Dios, “No endurezcas tu corazón”. Algunos de nosotros hemos endurecido nuestros corazones; no queremos escuchar más. Recuerda la súplica del hombre rico en Lucas 16:19- 31 cuando le dijo a Abraham que enviara a Lázaro a predicar a sus hermanos. Abraham le dijo que sus hermanos tenían profetas hablándoles a ellos en la tierra; si no les escuchaban a ellos, no escucharían a nadie más. Estaban destinados a la destrucción.
Tienes verdaderos hombres y mujeres de Dios predicando la palabra verdadera ahora – este devocional es un testimonio de ello. Escucha ahora para que luego no te estés lamentando eternamente.
REFLEXIÓN: ¿Está tu corazón siempre abierto a recibir la verdadera palabra de Dios?