Memoriza: «He aquí, aunque él me matare, en él esperaré; No obstante, defenderé delante de él mis caminos,» Job 13:15
Lee: Lucas 7: 2 – 10
2 Y el siervo de un centurión, a quien este quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir. 3 Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo. 4 Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno de que le concedas esto; 5 porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga. 6 Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; 7 por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra, y mi siervo será sano. 8 Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. 9 Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 10 Y al regresar a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo.
BIBLIA EN UN AÑO: Levítico 11 – 13
MENSAJE
Lo bien que conozcas a Jesús tiene mucho que ver con lo que puedes conseguir de Él. En Mateo 8:1 – 3, la Biblia dice que un leproso (ten en cuenta que humanamente hablando, la lepra era una enfermedad incurable en esa época) vino a Él y dijo, «Sé que tú me puedes limpiar». Él no dijo, «Creo», Él dijo, «Sé». Él sabía que Jesús podía curarlo sin ninguna duda y él consiguió su milagro. En Marcos 5:25 – 34, la mujer con el flujo de sangre estaba diciendo, en general, «Yo conozco a ese hombre, se que hay suficiente unción en sus vestiduras para ocuparse de mi problema». En Lucas 7:2 – 10, el centurión más o menos dijo, «Se que cuando Tú le ordenas a la enfermedad, ésta te obedece». Cuando conoces el tipo de persona con la que estás hablando cuando estás orando, puedes conseguir cualquier cosa que quieras.
Después de una final exitoso de una de nuestras convenciones anuales en la Iglesia Cristiana Redimida de Dios, yo estaba extremadamente cansado, así que le dije a mi esposa y a mis hijos que me iba a la cama, y no quería que nadie me molestara. Una mujer vino desde el norte justo cuando yo me iba a ir a la cama y le preguntó a mis hijo, «¿Está vuestro papá en casa?». Mis hijos no pudieron mentir, así que dijeron «Si». «Necesito verle», dijo ella. «Él ya no va a volver a salir hoy» contestaron. «No importa, ya que está aquí, esperaré hasta que salga». Ella estuvo en esperando. La dieron de comer, pero no se movió de ahi. Simplemente se sentó ahí esperando.
Después de un rato mi esposa tuvo que venir a despertarme, y la recordé que había dicho que nadie me despertara en absoluto. ella al final me hizo salir de la cama para atender a la mujer. Ella me pidió que simplemente tocara su cabeza porque estaba segura de que su situación cambiaría para bien si lo hacía. Ella lo sabía y obtuvo su milagro.
Cuando vas a Dios orando en el nombre de Jesús, ¿realmente sabes que Dios te está escuchando?, ¿Realmente sabes que el Dios que puede escucharte tiene la habilidad de hacer cualquier cosa que pidas? ¿Realmente sabes que Él quiere resolver tu problema? Si lo sabes, entonces felicidades, porque tus problemas ya se han terminado.
LLAMADA A LA ACCIÓN: Acércate a Dios en oración, con la convicción de que Él puede escucharte y resolver todos tus problemas. Ve y pídele cualquier cosa que quieras.