Memoriza: «Porque sembraron viento, y torbellino segarán; no tendrán mies, ni su espiga hará harina; y si la hiciere, extraños la comerán.» Oseas 8:7
Lee: Génesis 27:18 – 23
18 Entonces este fue a su padre y dijo: Padre mío. E Isaac respondió: Heme aquí; ¿quién eres, hijo mío? 19 Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendigas. 20 Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que la encontrase delante de mí. 21 E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú o no. 22 Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las manos de Esaú. 23 Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le bendijo.
Génesis 37:26 – 35
26 Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? 27 Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él. 28 Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.
29 Después Rubén volvió a la cisterna, y no halló a José adentro, y se rasgó los vestidos. 30 Y volvió a sus hermanos, y dijo: El joven no aparece; y yo, ¿a dónde iré? 31 Entonces tomaron ellos la túnica de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron la túnica con la sangre; 32 y enviaron la túnica de colores y la trajeron a su padre, y dijeron: Esto hemos hallado; reconoce ahora si es la túnica de tu hijo, o no. 33 Y él la reconoció, y dijo: La túnica de mi hijo es; alguna mala bestia lo devoró; José ha sido despedazado. 34 Entonces Jacob rasgó sus vestidos, y puso cilicio sobre sus lomos, y guardó luto por su hijo muchos días. 35 Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso recibir consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol.[a] Y lo lloró su padre.
BIBLIA EN UN AÑO: Éxodo 38 – 40
MENSAJE
La ley de la cosecha dice que tu cosecharás mucho más de lo que siembres. Por eso debes de tener cuidado con el tipo de semillas que siembras, porque cuando la cosecha viene, siempre viene en más cantidad que las semillas. En nuestras lecturas Bíblicas de hoy, vemos a Jacob sembrando una semilla en el primer pasaje y cosechando en el segundo pasaje. En el primer pasaje, él engañó a su padre para poder conseguir la bendición, y así, sus hijos también le engañaron a él diciéndole que José, su hermano estaba muerto. Génesis 37:35 dice.
«Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso recibir consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol.[a] Y lo lloró su padre.»
Muchas veces, la cosecha de tus semillas viene cuando ya eres demasiado mayor como para hacer algo al respecto. Todo lo que hagas ahora es una semilla y la cosecha volverá a ti cuando quizás ya no tengas tanta energía como ahora.
Le doy gracias a Dios por algunas semillas que sembré de joven porque ahora, estoy cosechando la cosecha. En 1961, con 19 años, le di algún dinero a un pobre hombre enfermo – un vecino, para que pudiera comprar algunas medicinas. El hombre dijo que algún día estaría viajando al extranjero a menudo, como el que va al mercado. Me reí de esa profecía porque en mi aldea en aquellos tiempos, si alguien volvía de un viaje al extranjero, toda la aldea no iba al campo en todo el día. Los cazadores salían y disparaban sus escopetas en celebración por la persona y todo el mundo se regocijaba. En ese momento, solo había dos personas que habían ido al extranjero en mi aldea, y ellos estudiaron ahí varios años. Ahora este hombre estaba diciendo que yo viajaría a menudo. Parecía una broma, pero sembré la semilla. Hoy, por la gracia de Dios, esa profecía se ha cumplido.
Amado, presta atención a cada oportunidad que tienes de sembrar una buena semilla. Por otro lado, siempre vigila tus acciones para estar seguro de que no estás sembrando malas semillas de las que luego te arrepentirás cuando las coseches.
PUNTO CLAVE: Se totalmente intencional cuando se tata de tus las semillas que siembras, porque volverán multiplicadas el día de mañana.