Memoriza: “ Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no solo a ser atado, mas aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús.” Hechos 21:13
Lee: Hechos 21:4 – 13
4 Y hallados los discípulos, nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo por el Espíritu, que no subiese a Jerusalén. 5 Cumplidos aquellos días, salimos, acompañándonos todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la playa, oramos. 6 Y abrazándonos los unos a los otros, subimos al barco y ellos se volvieron a sus casas.
7 Y nosotros completamos la navegación, saliendo de Tiro y arribando a Tolemaida; y habiendo saludado a los hermanos, nos quedamos con ellos un día. 8 Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él. 9 Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban. 10 Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo, 11 quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles. 12 Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén. 13 Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no solo a ser atado, mas aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús.
BIBLIA EN UN AÑO: Éxodo 31 -34
MENSAJE
El fuego es implacable, una vez empieza, puede apoderarse de todo a su alrededor, si no se controla. Simplemente sigue avanzando, arrasando todo a su camino. Como vemos en el final de nuestra lectura Bíblica de hoy, Pablo no permitió que nada le desanimara de trabajar para Dios. En otro ejemplo (Hechos 13:6 – 12), Pablo estaba intentando predicarle a un gobernador, pero Elimas, un vidente, intento convencer al hombre de no aceptar el evangelio. Pablo no se desanimó; él atacó al vidente provocándole una ceguera, dejándolo así fuera de su camino y ganó al gobernador para Cristo. El fuego nunca tiene miedo, no le importa lo que se cruce en su camino.
Recuerdo cuando fuimos por primera vez a la ciudad de Ede en Nigeria para una cruzada. Había indicaciones de resistencia en el reino espiritual, pero pusimos nuestra en Dios y no nos desanimamos. Cuando empezaba el programa, empezó a llover mucho. No me preocupé; siempre y cuando fuera lluvia lo que cayera y no fuego, decidí que continuaría el programa. De repente, cuando el coro estaba a punto de salir al escenario, éste se colapsó. Había un hermano ahí que tenía un volquete. Le dije que trajera el volquete a la cruzada, y se convirtió en el escenario. Seguimos adelante con el programa, a pesar de los desafíos a los que nos enfrentamos.
No te dejes desanimar por aquellos que intentan interponerse en tu camino cuando estás haciendo las tareas que Dios ha puesto en tus manos para llevar a cabo; sigue adelante. Si se niegan a quitarse de en medio, serán consumidos en el nombre de Jesús. Se implacable al perseguir los objetivos del Reino. No permitas que la falta de fondos te impida a hacer lo que quieres hacer para Dios. Sigue adelante, Dios proveerá los fondos cuando te muevas. No permitas que la decepción y las traiciones te desanimen; anímate en el Señor y sigue adelante (1 Samuel 30:6)
A lo largo de los años, muchas cosas se han interpuesto en mi camino – incluyendo las leyes hechas por los hombres. Si aquellos que deciden obstruirme siguen en mi camino, no hay problema; cualquier calamidad que surja de eso no es mi culpa. Tienes que ser implacable si realmente quieres ser lo que Dios te ha llamado a ser. No debes de dejar que nada te pare.
PUNTO CLAVE: El fuego es implacable.