Devocional Cielos Abiertos

EL SACRIFICIO VIVO

Memoriza: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” Romanos 12:1

Lee: Mateo 16:24 – 27

24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? 27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.

BIBLIA EN UN AÑO: Éxodo 5 – 7

MENSAJE

El sacrificio que le agrada a Dios más es tu vida. Te conviertes en un sacrificio vivo el día en el que entregas tu vida a Jesús. Desde ese día tu verdaderamente entregas tu vida a Él, Él puede enviarte donde Él quiera, marcar la dirección de tu vida y usarte para cumplir Sus planes. Dios sabe que nunca quise ser Pastor, menos aún Pastor General, pero soy un sacrificio vivo. Quería retirarme a los setenta años, para entonces poder empezar una vida normal – dormir cuando los demás duermen, comer cuando los demás comen y todo eso, pero Dios dijo “No”. Como soy un sacrificio vivo, mi respuesta fue “Si, Padre”.

Dios espera que toda tu vida sea un sacrificio para Él; tú tienes que ir dondequiera que Él te envíe. Cuando Él dice testifica, tú testificas, siéntate – tu te sientas, ora – tú oras.

En el momento en el que Dios sabe que Él te tiene como sacrificio vivo, cualquier otra ofrenda que tu des se convierte en una ofrenda aceptable porque será ofrecida bajo Su dirección. Algunos de nosotros, incluso antes de venir a la Iglesia hemos decidido la ofrenda que vamos a dar. Para la persona que es un sacrificio vivo, Dios le dirá lo que tiene que dar.

Cuando me convertí en Pastor General, las cosas eran difíciles. A penas podíamos pagar a los empleados en las iglesias un salario, y muchas veces, después de pagar a todo el mundo, no quedaba nada para pagar al Pastor General. Habiendo dejado un empleo en el que me pagaban, por ser un ministro a tiempo completo, después de haber trabajado para el gobierno por muchos años. Recibí mi finiquito con planes de ahorrar una parte, invertir otra parte en acciones, y todo eso. Sin embargo, como soy un sacrificio vivo, le pregunté a Dios que hacer con ese dinero. Él respondió que lo dividiera en tres partes y diera cada parte a un ministerio diferente, y que no me quedara con nada. Tan doloroso como fue, me sentí aliviado cuando siguió diciendo, “Yo seré tu sustento” Cuando te conviertes en un sacrificio vivo, Dios se convertirá en tu sustento. El día en el que te conviertes en un sacrificio vivo, te conviertes en Su propiedad, así que él cuida de ti. Las cosas pueden parecer difíciles al principio, pero Él se asegurará de que tu mañana esté bien (Colosenses 1:27).

REFLEXIÓN: ¿Eres un sacrificio vivo? ¿Él decide hacer lo que a Él le apetezca contigo y con todo lo que tienes?