Devocional Cielos Abiertos

DEFIENDE A CRISTO EN TODAS PARTES

Memoriza: “Mi lengua se pegue a mi paladar, Si de ti no me acordare; Si no enalteciere a Jerusalén Como preferente asunto de mi alegría.” Salmos 137:6

Lee: Daniel 1:8 -20

Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse. Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos; 10 y dijo el jefe de los eunucos a Daniel: Temo a mi señor el rey, que señaló vuestra comida y vuestra bebida; pues luego que él vea vuestros rostros más pálidos que los de los muchachos que son semejantes a vosotros, condenaréis para con el rey mi cabeza. 11 Entonces dijo Daniel a Melsar, que estaba puesto por el jefe de los eunucos sobre Daniel, Ananías, Misael y Azarías: 12 Te ruego que hagas la prueba con tus siervos por diez días, y nos den legumbres a comer, y agua a beber. 13 Compara luego nuestros rostros con los rostros de los muchachos que comen de la ración de la comida del rey, y haz después con tus siervos según veas. 14 Consintió, pues, con ellos en esto, y probó con ellos diez días. 15 Y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey. 16 Así, pues, Melsar se llevaba la porción de la comida de ellos y el vino que habían de beber, y les daba legumbres.

17 A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños. 18 Pasados, pues, los días al fin de los cuales había dicho el rey que los trajesen, el jefe de los eunucos los trajo delante de Nabucodonosor. 19 Y el rey habló con ellos, y no fueron hallados entre todos ellos otros como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; así, pues, estuvieron delante del rey. 20 En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino.

BIBLIA EN UN AÑO: Génesis 36 – 38

MENSAJE

En nuestra lectura Bíblica de hoy, vemos cómo Daniel, Ananías, Misael y Azarías rechazaron la comida del rey para no contaminarse. Aunque ellos eran esclavos en tierra extraña, estos chicos estaban decididos a mantener su consagración a Dios.

Desafortunadamente, hay muchos Cristianos que empiezan a comportarse como personas del mundo en el momento en el que llegan a una tierra donde nadie les conoce. Vemos muchos ejemplos de esto en la Biblia. Vamos a considerar a Lot. Él era el sobrino de Abraham y debió de haber sido enseñado conforma a las instrucciones de Dios, pero cuando los ángeles llegaron a Sodoma y Gomorra, ¿a quién encontraron a las puertas de la ciudad? Él se había mezclado tanto con los habitantes que estaba entre aquellos que se sentaban a las puertas de la ciudad (Génesis 19:1). Él acabó perdiendo todo lo que había amasado, incluso a su esposa.

Dondequiera que te encuentres, debes de vivir según los estándares del Dios Altísimo. Algunos estudiantes Cristianos empiezan la universidad y tiran por la borda toda la consagración que han mantenido mientras que estaban en sus casas. Ellos empiezan a mezclarse con amigos impíos y se juntan co ello para que les guíen hacia una vida de pecado. Algunos otros viajan a diferentes ciudades o estados y empiezan a portarse mal.

Ten cuidado. Cuando Daniel llegó a una tierra extraña, él se aseguró de mantenerse rodeado de otros creyentes. Cuando llegues a una tierra extraña, localiza a otros creyentes – personas que tienen el fuego de Dios – y hazte amigo de ellos. Únete a una Iglesia de creencias basadas puramente en la Biblia, donde puedas continuar sirviendo a Dios como solías hacerlo en tu casa. Cuando rechaces la carne y el vino de los reyes en esa tierra extraña para mantenerte puro, Dios te defenderá en todo momento.

Cuando Ananías, Misael y Azarías (ahora renombrados por sus captores como Sadrac, Mesac y Abednegó) fueron echados al horno ardiente, el fuego no pudo quemarles porque defendieron a Dios (Daniel 3). cuando Daniel fue echado al foso de los leones, los leones no pudieron comerle porque no se había contaminado dejándose llevar por el estilo de vida pecaminoso de los habitantes de la tierra (Daniel 6). Defiendo a Cristo en dondequiera que te encuentres, y Cristo te defenderá a ti también.

PUNTO CLAVE: Mantén tu consagración hacia Dios dondequiera que te encuentres.