Memoriza: “ El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.·” Juan 3:18
Lee: Romanos 8:31 – 39
31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito:
Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero.
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
BIBLIA EN UN AÑO: 1 Juan 5:1 – 21; Daniel 7 – 9
MENSAJE
Siempre que recuerdo la bondad de Dios a través de nuestro Señor Jesucristo y cómo Él me salvó, siento mucho gozo. Jesús hizo el trabajo duro y nos dio la salvación en un plato de oro. Romanos 3:23 dice:
“por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,”
Romanos 6:23 dice:
“Porque la paga del pecado es muerte..”
Sin embargo, la buena noticia es que Jesucristo nos libre de la condena del pecado. Romanos 8:1 dice:
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.”
Una de las cosas que la sangre de Jesús hace es liberarte por completo del sentimiento de ser inadecuado, sin culpa ni vergüenza. Para acceder al sentimiento de la verdad, solamente cree. Algunas personas confiesan que Jesús es su Señor y siguen sintiéndose culpables. Esto es una equivocación; la sangre te libera por completo. Simplemente cree.
PUNTO CLAVE: Aquel a quien el Hijo ha liberado es ciertamente libre (Juan 8:36); solamente cree.