Memoriza: “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” 1 Timoteo 6:10
Lee: 1 Timoteo 6:10 – 12
10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
La buena batalla de la fe
11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. 12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.
BIBLIA EN UN AÑO: Romanos 9 – 11
MENSAJE
Otro asesino de destino muy peligroso es el “amor al dinero”. Una cosa de la que debes darte cuenta desde el principio es que tener mucho dinero no es un propósito que venga de Dios. Estar en una posición donde estás en control de la riqueza no tampoco es un fin en sí mismo. Es lo que haces con los recursos que Dios ha puesto a tu cargo lo que determinará si cumplirás tu destino. José dijo que su destino era mantener al pueblo vivo cuando vino el tiempo de la hambruna. Convertirse en Prime Ministro de Egipto y estar en control de la riqueza de la nación eran solo medios que Dios usó para conseguir Su propósito para José. Esto queda claro en la declaración que hizo José en Génesis 50:20:
“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.”
Si te centras en el dinero, perderás el verdadero propósito de Dios para tu vida.
Judas Iscariote fue el contable de Jesús; él estaba tan centrado en el dinero que no vio todas las otras cosas que podía conseguir de parte de Jesucristo. Mientras que Pedro estaba siendo preparado para liderar la Iglesia, y Juan estaba cerca del Maestro escuchando Sus secretos, Judas estaba persiguiendo el dinero. Él consiguió el dinero pero perdió su destino, junto con su alma. Si tu solo sigues el plan de Dios para tu vida y dejas de centrarte en el dinero, cumplirás tu destino y tendrás también mucho dinero.
Cuando me convertí en Pastor Presidente, me preocupaba sobre cómo me haría cargo de mi familia, ya que iba a dejar mi trabajo, así que pensé en hacer negocios a parte, pero Dios me dijo que no lo hiciera. Honestamente, estaba preocupado, peor porque mi enfoque no estaba en el dinero sino en Su voluntad, yo obedecí. Hoy, para la gracia de Dios, Él me ha bendecido con más dinero que el que hubiera tenido
si me hubiera metido en negocios.
El dinero es bueno, pero el amor al dinero obstaculizará el plan de Dios para tu vida. Céntrate en Dios y Su propósito para tu vida.
PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, limpia mi corazón de todo amor que yo tengo por el dinero, en el nombre de Jesús.