Memoriza: «Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.» Salmos 103:2
Lee: Salmos 103:1 – 5
Alabanza por las bendiciones de Dios
Salmo de David.
103 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
2 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
3 Él es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;
4 El que rescata del hoyo tu vida,
El que te corona de favores y misericordias;
5 El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.
BIBLIA EN UN AÑO: Hechos 10 – 11
MENSAJE
En nuestra lectura Bíblica de hoy, David dijo que su alma nunca debía de olvidar los beneficios de Dios, y entonces empezó a enumerar esos beneficios para nosotros. Uno de los grandes fracasos de los Cristianos es que se olvidan rápidamente de los beneficios del Dios Altísimo. Si alguien se levanta por la mañana y empieza a gritar «Alabado sea el Señor, gloria Dios!» tan alto que los vecinos se reúnan para preguntarle que ha pasado, y entonces la persona responda «Estoy dándole gracias a Dios porque mi mujer dio a luz sin complicaciones hace tres años»., ellos empezarán a preguntarse si está bien de la cabeza. Sin embargo, si alguien se levanta temprano por la mañana y empieza a llorar por la muerte de su marido hace diez años, la gente dirá «Oh lo siento, lo entendemos».
Está en la naturaleza de las personas el recordar solo las cosas malas y olvidarse de las buenas, pero como Cristiano, tú eres una nueva criatura, así que debes de hacer lo contrario. Ese himno popular dice, «Cuenta tus bendiciones, nómbralas una a una»
Es peligroso cuando te resulta difícil darle gracias a Dios por lo que Él ha hecho. Hace algunos años, estaba preparando el sermón para el servicio de acción de gracias por el Año Nuevo, y recuerdo decirle a Dios, «Papá, ahora estamos solos tu y yo, ¿puedo hablarte como habla un hijo a un padre?» Él dijo «Adelante». Seguí diciendo, «Señor, voy a animar a tus hijos a alabarte por lo que Tú has hecho por ellos el pasado año, pero entre Tu y yo, Tú sabes que no hiciste nada por mi». Empecé a exponer todas las cosas que yo esperaba obtener durante el año que había pasado pero que no conseguí. El Señor entonces me interrumpió y me dijo que buscara una libreta. Él me pidió que escribiera las respuestas a las preguntas que Él me iba a preguntar. Él empezó, «¿Cuantas veces has viajado este año?» Yo dije, «Muchas veces», «¿Cuantas veces tuviste un accidente?» Yo respondí «Ninguna. Él continuó «Mas de 360 días han pasado en este año; ¿cuantas veces te fuiste a dormir y volviste a despertar al día siguiente? ¿Sabes cuanta gente se fue a dormir y no se volvió a despertar? ¿Cuántas veces estuviste hambriento en este año? ¿Sabías que hay gente en el hospital que quieren comer pero ni siquiera tienen apetito?»
Rápidamente le interrumpí a Él porque me entró miedo cuando me di cuenta de lo desagradecido que había sido. No importa lo mal que parezcan las cosas, no te olvides de Sus beneficios.
PUNTO DE ORACIÓN: Pasa tiempo de calidad dándole gracias a Dios por todas Sus beneficios en tu vida.