Devocional Cielos Abiertos

CONMOVIENDO A DIOS III

Memoriza: «Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.» Mateo 15:28

Lee: Marcos 10:46 – 52

El ciego Bartimeo recibe la vista

46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. 47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. 50 Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51 Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. 52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.

BIBLIA EN UN AÑO: Juan 20 – Hechos 1

MENSAJE

Puedes conmover a Dios con tus oraciones. En nuestra lectura Bíblica de hoy, Bartimeo clamó hasta que Jesús se paró. Bartimeo conmovió a Jesús con su persistencia clamándole a Él.

Hay oraciones muy educadas – en las que la gente ora suavemente, sofisticadamente, con mucha gramática y una dicción cuidadosa.

También están las oraciones que pueden conmover a Dios – normalmente son de naturaleza persistente. En Lucas 18:1 – 8, Jesús dio un ejemplo de una oración que definitivamente conmovería a Dios. De hecho, Él dijo que la oración conmovería incluso a una persona malvada, más aún a Dios.

Algunas personas oran por un rato y dejan de hacerlo cuando ven que no han conseguido su milagro. ¿Por qué paras? ¿Tienes otra opción a parte de Dios? Tengo el privilegio de ir a visitar a algunos Presidentes, y cuando llegas ahí no puedes ir con prisas. Llegas ahi antes de la hora asignada, aún así quizás tengas que esperar por un tiempo antes de poder ver al Presidente. En algunas ocasiones, es el Presidente quien quiere verme, aún así yo tengo que esperar. ¿Cómo puedes entonces ir a la presencia de Dios, el Presidente de los Presidentes, y decir que porque Él aún no ha atendido a tu petición, te quieres ir? Si te vas ¿a quién le afectará eso? Dios seguirá siendo Dios tanto si oras como si no, pero tú no eres nada sin Él. Cuando permaneces en el lugar de oración, Él se conmueve y entonces aquello que deseas.

En Mateo 15:22 – 28, leemos la historia de la mujer que clamó a Jesús para que curara a su hija. Ella calmó tanto que los discípulos de Jesús estaban irritados y le pidieron a Él que la echara. Esto no la hizo dejar de orar. Al final, Jesús fue conmovido y ella obtuvo su milagro. ¿Cuán desesperado estás tu por tu milagro? Si realmente estás desesperado, se verá en la forma en la que oras. Se mostrará en cuánto tiempo oras. Muchas personas siguen sufriendo con sus problemas porque han dejado de orar demasiado pronto. No permitas que esa sea tu historia.

PUNTO CLAVE: Si quieres tocar a Dios con tus oraciones, entonces tienes que orar persistentemente.