Memoriza: «Sacrificio y ofrenda no te agrada; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado.» Salmos 40:6
Lee: 1 Samuel 3:1 – 10
Jehová llama a Samuel
3 El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia.
2 Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver, 3 Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada, 4 Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí. 5 Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y él se volvió y se acostó. 6 Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve y acuéstate. 7 Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada. 8 Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven. 9 Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar.
10 Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye.
BIBLIA EN UN AÑO: 1 Tesalonicenses 1:1 – 10; Isaías 50 – 52
MENSAJE
Hace unos años, la gente solía ofrecerse voluntaria para limpiar el Campo de Redención y dejarlo en condiciones para nuestras convenciones. Un día durante ese tiempo, había trabajado todo el día y estaba muy cansado. Cuando llegué a casa fui a la cama y di una orden estricta de que no quería que me molestaran, para poder descansar lo suficiente. Poco después de empezar a dormir, mi mujer vino y me levantó.
Al principio, no estaba contento con esto, pero cuando me dijo que uno de las voluntarias, que era de mi pueblo, había muerto, las ganas de dormir desaparecieron. Me levanté y corrí a verla. Cuando empezamos a orar, Dios me dijo, pensé que no querías que te molestaran; ahora que tengo tu atención, dile a todo el mundo que se vaya. Entonces mandé a todos que se marcharan y el Señor y yo discutimos por un rato, después de esto la mujer resucitó.
Dios quiere hablar contigo todo el. tiempo; es por lo tanto tu tarea mantener tus oídos abiertos y no permitir que los ruidos de los amigos, las redes sociales, el entretenimiento y cosas parecidas, bloqueen tus oídos. Haz tiempo para estudiar la palabra porque Él sigue hablando a través de ella.
PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, habla conmigo en todo momento.