Devocional Cielos Abiertos para Adolescentes

PREOCÚPATE DE TUS ASUNTOS

Memoriza: “y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado,” 1 Tesalonicenses 4:11

Lee: 2 Samuel 1:1 – 15

David oye de la muerte de Saúl

Aconteció después de la muerte de Saúl, que vuelto David de la derrota de los amalecitas, estuvo dos días en Siclag. Al tercer día, sucedió que vino uno del campamento de Saúl, rotos sus vestidos, y tierra sobre su cabeza; y llegando a David, se postró en tierra e hizo reverencia. Y le preguntó David: ¿De dónde vienes? Y él respondió: Me he escapado del campamento de Israel. David le dijo: ¿Qué ha acontecido? Te ruego que me lo digas. Y él respondió: El pueblo huyó de la batalla, y también muchos del pueblo cayeron y son muertos; también Saúl y Jonatán su hijo murieron. Dijo David a aquel joven que le daba las nuevas: ¿Cómo sabes que han muerto Saúl y Jonatán su hijo? El joven que le daba las nuevas respondió: Casualmente vine al monte de Gilboa, y hallé a Saúl que se apoyaba sobre su lanza, y venían tras él carros y gente de a caballo. Y mirando él hacia atrás, me vio y me llamó; y yo dije: Heme aquí. Y me preguntó: ¿Quién eres tú? Y yo le respondí: Soy amalecita. Él me volvió a decir: Te ruego que te pongas sobre mí y me mates, porque se ha apoderado de mí la angustia; pues mi vida está aún toda en mí. 10 Yo entonces me puse sobre él y le maté, porque sabía que no podía vivir después de su caída; y tomé la corona que tenía en su cabeza, y la argolla que traía en su brazo, y las he traído acá a mi señor.

11 Entonces David, asiendo de sus vestidos, los rasgó; y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él. 12 Y lloraron y lamentaron y ayunaron hasta la noche, por Saúl y por Jonatán su hijo, por el pueblo de Jehová y por la casa de Israel, porque habían caído a filo de espada. 13 Y David dijo a aquel joven que le había traído las nuevas: ¿De dónde eres tú? Y él respondió: Yo soy hijo de un extranjero, amalecita. 14 Y le dijo David: ¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido de Jehová? 15 Entonces llamó David a uno de sus hombres, y le dijo: Ve y mátalo. Y él lo hirió, y murió.

MENSAJE

Uno de los vicios que debes evitar a toda costa es el de meter tus narices en los asuntos de otras personas, especialmente si te gusta ir contando chismes y rumores. Necesitas entender que a Dios no le gusta esto y a ti tampoco debería de gustarte.

En nuestra lectura Bíblica de hoy, el siervo perdió su vida porque falló en meterse en sus asuntos. Él también quería que se le recompensara por lo que no había hecho, pero en vez de eso, fue asesinado. Esto es lo que hacen la mayoría de los chismosos. Cuando tu cuentas chismes sobre una persona a otra persona, no serás alabado, e incluso si te alaban, Dios no estará contento contigo. El contar historias, rumores y chismes rompe el lazo de unión entre las personas, y Dios odia esto. ¿Qué prefieres hacer, lo que le gusta a la gente, o lo que le agrada a Dios?

Un autor dijo una vez que aquellos que se meten en los asuntos de otras personas en vez de en los suyos nunca progresarán en la vida. Por lo tanto, es muy importante meterte en tus asuntos y no en los de los demás, para que puedas progresar en todo lo que te propongas.

PUNTO CLAVE: Aquellos que se meten en sus asuntos progresan en la vida.