Escuela Dominical

CLAVES PARA CONOCER A DIOS

VERSÍCULO A MEMORIZAR: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” Juan 17:3

PASAJE BÍBLICO: Hechos 17:22 – 27

22 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; 23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. 24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, 25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. 26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; 27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.

INTRODUCCIÓN

En nuestro interior, existe un fuerte deseo de ser conocidos y de conocer a otros. Aún más importante, existe un vacío en toda individuo – una búsqueda por conocer a su creador, tanto si se identifican como creyentes en Dios como si no. El Apóstol Pablo expresó su deseo por verdaderamente conocer a Dios (Filipenses 3:10). Por lo tanto, es importante hablar de este asunto de la búsqueda y conocer verdaderamente a Dios.

BUSCAR A DIOS ES INEVITABLE

Nuestro deseo de buscar y conocer más de Dios es la esencia de la vida verdadera (Juan 17:3; Jeremías 50:4). Los pensamientos de Dios deben de ser predominantes en nuestras mentes, porque determinarán el valor y la dirección de nuestras vidas (Salmos 48:9 ; 63:6). Buscar a Dios entonces, es una responsabilidad continua, y un privilegio para todos los Cristianos (Job 5:8). Por lo tanto, las Escrituras nos ordenan que busquemos a Dios de todo corazón (Deuteronomio 4:29); a una edad temprana (Salmos 63:1; Eclesiastés 12:1), continuamente (Salmos 105:3), con gozo (Salmos 70:4), con oraciones y súplicas, con ayuno (Daniel 9:3), por medio de Su justicia (Mateo 6:33) y estudiando Su palabra (Juan 5:39).

Ten por seguro que aquellos que buscan a Dios bajo estas condiciones le encontrarán (Jeremías 29:13) y serán satisfechos (Mateo 5:6); entenderán todas las cosas (Proverbios 28:5) y no les faltará ninguna cosa buena (Salmos 34:10).

CLAVES PARA CONOCER A DIOS VERDADERAMENTE

Para conocer a Dios debemos de:

  1. Recibir a Jesucristo en nuestras vidas (Juan 1:12): Jesús deja claro que sólo Él es el camino al Cielo y al conocimiento personal de Dios (Juan 14:6 – 9).
  2. Entender que la Biblia es la palabra de Dios y una revelación de Si mismo, Sus promesas y Su voluntad (Juan 1:1; Samos 119:105). La Biblia es esencialmente una carta de amor escrito para nosotros de parte de nuestro Dios amoroso, quien nos creó para conocerle de una forma íntima y persona (2 Timoteo 3:14 – 17).
  3. Comprométete a obedecer lo que leemos en las Escrituras (Tito 1:16; Juan 15:14). Fuimos creados para hacer buenas obras (Efesios 2:10). No solo debemos de leer y entender la palabra de Dios, sino que debemos también de aplicar las doctrinas obedientemente y permanecer fieles (Santiago 1:21 – 22).
  4. Comprométete con la oración, la devoción personal, la comunión con los hermanos (Hebreos 10:25) y alaba siempre a Dios en espíritu y en verdad (Juan 4:23 – 24).
  5. Permite al Espíritu Santo que te lidere y te guíe siempre (Apocalipsis 8:14, 26 – 27). Entonces, nuestras vidas pueden ser plenas con Dios, y podemos experimentar el conocerle a Él íntimamente.

CONCLUSIÓN

Si verdaderamente tenemos hambre y sed por conocer a Dios, Él se revelará a nosotros.

PREGUNTAS

  1. ¿Cómo puede buscar a Dios los creyentes?
  2. ¿Cuales son los beneficios de buscar a Dios?

TAREA: En oración sigue los puntos a seguir para conocer a Dios que se detallan en la lección de hoy, y trabaja en ti mismo para buscar a Dios cada día.