Memoriza: «y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.» Éxodo 3:8
Lee: 2 Reyes 4:1 – 7
El aceite de la viuda
4 Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos. 2 Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. 3 Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. 4 Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. 5 Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite. 6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. 7 Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.
BIBLIA EN UN AÑO: Ezequiel 38 – 40
MENSAJE
He visto a gente pasar por dificultades, y ellos simplemente siguen luchando con ellas. Ellos de laguna manera encuentran la forma de sobrevivir mientras que el desafío perdura. Para esa gente, normalmente, llegará un día en el que dirán «Ya basta». Ese día llegó para la viuda en la lectura Bíblica de hoy, cuando sus acreedores le dijeron que venían a por sus hijos. Antes de ese momento, los acreedores deben de haber estado molestándola y el profeta tenía la solución a su problema también había estado ahí, pero ella seguía callada y simplemente luchando con la situación. En ese día de suerte, ella debía de decirse a si misma, «Basta ya» entonces clamó al Profeta para que la ayudara y el día llegó. El día que tu decidas dejar de acomodar ese problema, te dejará en paz; si sigues luchando con ello, sin embargo, Dios se cruzará e brazos y te mirará.
Hace varios años, una joven pareja de repente se dio cuenta de que estaban haciendo dinero, pero el dinero desaparecía siempre, por lo que vivían en la pobreza. Siguieron luchando con el problema por algún tiempo, hasta que un día dijeron «Ya basta». Ese día oraron algunas oraciones violentas como las que te pediré que ores después, y de repente, el familiar que ellos habían traído desde su pueblo para ayudar con las cosas de la casa empezó a gritar «Quiero confesar». Él dijo que había dado instrucciones ya desde el pueblo, para que, tan pronto como el llegara a la casa de ellos, enviaría uno de los sombreros del marido al pueblo, para que fuera manipulado espiritualmente, de tal manera que, cualquier dinero que hiciera en la ciudad apareciera en el sombrero que había mandado al pueblo. Fue después de traer el sombrero de vuelta y éste fuera quemado, que esta pareja, en un año, compró su propio terreno y empezó a construir su casa. Ellos empezaron a hacer progresos solo cuando ellos dijeron. «Ya basta!».
No se tú, pero yo estoy cansado del nivel en el que estoy ahora; quiero seguir adelante. Oh si, he conseguido algo de éxito y estoy agradecido a Dios, pero aún no estoy donde quiero estar. ¿Te parece bien quedarte en el mismo sitio por tanto tiempo? ¿Quieres continuar arreglándotelas a duras penas, o quieres romper esa atadura del enemigo y volar? Depende de ti. Si quieres seguir adelante, entonces ora el punto de oración de hoy con gran agresividad espiritual.
PUNTO DE ORACIÓN: Hoy, digo ya basta a (menciona el problema del que estás cansado) y decreto que este problema cesa de inmediato en el nombre de Jesús.