Memoriza: «Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.» Apocalipsis 2:20
Lee: Apocalipsis 2:18 – 29
El mensaje a Tiatira
18 Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto:
19 Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras. 20 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. 21 Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. 22 He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. 23 Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras. 24 Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga; 25 pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga. 26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, 27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; 28 y le daré la estrella de la mañana. 29 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
BIBLIA EN UN AÑO: Isaías 25 – 28
MENSAJE
Tiatira era una gran ciudad comercial con muchos sindicatos, y solo los miembros de estas asociaciones podían vender sus productos ahi. Sin embargo, estos sindicatos en ocasiones hacían fiestas en los templos de los ídolos y hacían muchas inmoralidades. Para que los miembros de la iglesia pudieran comercial, tenían que unirse a estos sindicatos, y por consecuencia, debían de participar en la adoración a los ídolos y la inmoralidad. Esto era un gran problema y había una mujer en la Iglesia que se aprovechaba de esto para incitarles al pecado. Ella se hacía llamar Profetisa y muchos de ellos creían todo lo que ella decía. Lo que Jesús tenía en contra de la Iglesia de Tiatira sin embargo, era que ellos le seguían dando a esta mujer una plataforma para predicar, como vemos en nuestro versículo a memorizar de hoy.
Estas personas sabían que ella estaba incitando a la gente de Dios a la fornicación y la idolatría, pero aún así seguían permitiéndola enseñar. Tienes que tener mucho cuidado con quien permitas que suba al púlpito en tu asamblea, para que Jesús no diga que Él está decepcionado contigo. Claramente, esta mujer debe de haber sido rica e influyente. No debes de permitir nunca a los hijos del diablo enseñar a los hijos de Dios, no importa lo grandes que sean sus contribuciones a los proyectos de la Iglesia.
Algunas Jezabeles sutiles se les permite subir al altar hoy en día. Cuando la Iglesia trae un profesional que no es un verdadero Cristiano al altar a enseñar a la gente, han invitado a Jezabel. La persona no va a enseñar principios Espirituales porque no vive por ellos. Ese tipo de personas enseñará los principios por los que ellos viven, que son los del mundo. Una vez que ponemos a alguien delante de los hijos de Dios para enseñarles, de alguna manera, le estás diciendo a esa gente que la persona que está enseñando es un buen ejemplo y modelo a seguir, lo suficientemente digno como para ser escuchado y seguido.
Cualquiera que sea el área que quieres que tu gente aprenda para que tengan éxito en esa área, encuentra personas Cristianas que han sido exitosas en ese área e invítalas. Si no conoces a ningún Cristiano que haya tenido éxito en ese campo, prepara a tu gente para que consigan el éxito por ellos mismos con la ayuda del Espíritu Santo. No invites a Jezabeles a enseñar a la gente cómo conseguir éxito con el diablo.
PUNTO CLAVE: Ten mucho cuidado con quien permites subir al altar para enseñar a la gente.