Devocional Cielos Abiertos para Adolescentes

LA MEJOR OPCIÓN

Memoriza: «En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.» Hechos 20:35

Lee: Hechos 20:32 – 35

32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. 33 Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. 34 Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. 35 En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.

BIBLIA EN UN AÑO: Hechos 27:26 – 44; Salmos 53:1 – 6

MENSAJE

Es bueno recibir bendiciones pero es mejor ser de bendición para otros. Muchos Cristianos tienen un derecho mentalmente que les hace asumir que pueden conseguir cualquier cosa de cualquier persona sin importar si se lo merecen o no. Sus oraciones están centradas en sus deseos y solo piden sin importarles orar por otros que también necesitan milagros. Esto no es una buena actitud para nada. Todo hijo de Dios debe de pensar en los demás. Por eso, en el segundo mandamiento, Jesús dijo que debes de amar a otros así como te amas a ti mismo (Mateo 22:39).

Los cuatro leprosos en Samaria (2 Reyes 7:3) obtuvieron un premio divino y tuvieron un día completo en el campo de sus enemigos, pero no se pararon ahí, llevaron las buenas nuevas al palacio del Rey para que otros pudieran beneficiarse también. Cuando Dios te bendice, Él está mirando si compartirás tu bendición. con otros. El secreto es, cuanto más compartes más obtienes, pero cuando acumulas la bendición, cuando te la guardas solo para ti, ésta no se multiplica en tus manos. Las manos de alguien que da siempre están arriba; elige mejor la opción siendo alguien que da de ahora en adelante, para que tus bendiciones sobreabunden.

PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, no permitas que yo sea un tacaño.