VERSÍCULO A MEMORIZAR: «Si se embotare el hierro, y su filo no fuere amolado, hay que añadir entonces más fuerza; pero la sabiduría es provechosa para dirigir.» Eclesiastés 10:10
PASAJE BÍBLICO: Génesis 20:1 – 18
Abraham y Abimelec
20 De allí partió Abraham a la tierra del Neguev, y acampó entre Cades y Shur, y habitó como forastero en Gerar. 2 Y dijo Abraham de Sara su mujer: Es mi hermana. Y Abimelec rey de Gerar envió y tomó a Sara. 3 Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche, y le dijo: He aquí, muerto eres, a causa de la mujer que has tomado, la cual es casada con marido. 4 Mas Abimelec no se había llegado a ella, y dijo: Señor, ¿matarás también al inocente? 5 ¿No me dijo él: Mi hermana es; y ella también dijo: Es mi hermano? Con sencillez de mi corazón y con limpieza de mis manos he hecho esto. 6 Y le dijo Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases. 7 Ahora, pues, devuelve la mujer a su marido; porque es profeta, y orará por ti, y vivirás. Y si no la devolvieres, sabe que de cierto morirás tú, y todos los tuyos.
8 Entonces Abimelec se levantó de mañana y llamó a todos sus siervos, y dijo todas estas palabras en los oídos de ellos; y temieron los hombres en gran manera. 9 Después llamó Abimelec a Abraham, y le dijo: ¿Qué nos has hecho? ¿En qué pequé yo contra ti, que has atraído sobre mí y sobre mi reino tan grande pecado? Lo que no debiste hacer has hecho conmigo. 10 Dijo también Abimelec a Abraham: ¿Qué pensabas, para que hicieses esto? 11 Y Abraham respondió: Porque dije para mí: Ciertamente no hay temor de Dios en este lugar, y me matarán por causa de mi mujer. 12 Y a la verdad también es mi hermana, hija de mi padre, mas no hija de mi madre, y la tomé por mujer. 13 Y cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije: Esta es la merced que tú harás conmigo, que en todos los lugares adonde lleguemos, digas de mí: Mi hermano es. 14 Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara su mujer. 15 Y dijo Abimelec: He aquí mi tierra está delante de ti; habita donde bien te parezca. 16 Y a Sara dijo: He aquí he dado mil monedas de plata a tu hermano; mira que él te es como un velo para los ojos de todos los que están contigo, y para con todos; así fue vindicada.
17 Entonces Abraham oró a Dios; y Dios sanó a Abimelec y a su mujer, y a sus siervas, y tuvieron hijos. 18 Porque Jehová había cerrado completamente toda matriz de la casa de Abimelec, a causa de Sara mujer de Abraham.
INTRODUCCIÓN
A veces, seguir adelante puede resultar difícil hasta que hemos corregido el pasado. Esto es importante para aquellos que se dan cuenta de que su pecado ha herido a otros y lo sienten profundamente porque tienen la necesidad de obedecer y complacer a Dios.
PRECAUCIÓN EN CONTRA DE APRESURARSE CON LA RESTITUCIÓN
Es bueno decidir sinceramente hacer lo correcto y enmendar los errores del pasado. Sin embargo, a veces en nuestras prisas por cooperar en obediencia con Dios, o por, de forma egoísta, salir de debajo de la carga de culpa y resentimiento, nos apresuramos en el acto de restitución y acabamos empeorando las cosas en vez de arreglarlas (Proverbios 26:12; 29:20).
Muchas historias de restitución a menudo acaban en gran tristeza en vez de en reconciliación. Precipitarse en la restitución puede fácilmente crear nuevas heridas y con frecuencia, éstas son más grandes que las que estamos intentando corregir.
CÓMO PROCESAR LA RESTITUCIÓN
Cuando finalmente tomamos la decisión de corregir los errores que hemos cometido, hay algunos pasos sabios que debemos considerar para que nuestro intento por hacer las cosas bien no acabe empeorando las cosas.
- Consejo: Es mejor buscar consejo antes de proceder con la restitución, para que un consejero nos guíe a través de la corrección. Puede haber asuntos legales que necesiten ser considerados y a veces no es necesario hacer la restitución (Proverbios 11:14; 19:20).
- Alcance: La regla general es que la restitución puede ser tan grande como la ofensa. Una ofensa privada se arregla en privado y una pública necesita ser zanjada en público, por ejemplo, una ofensa producida a través de las redes sociales. (Lucas 19:8; Hechos 16:37). A parte de obtener consejo de alguien, aquellos que no son parte del problema o la solución no deben de involucrarse en el proceso. Si el asunto es algo entre tú y Dios, mantenlo así, excepto quizás compartirlo con una persona en la que confías. (1 Juan 1:9; Santiago 5:16). Si lo que necesita arreglarse implica alguna legalidad, quizás haya que implicar a un experto legal Cristiano (Lucas 12:58; 1 Corintios 6:1). A veces, cuando se han roto las leyes civiles, se requiere un castigo más severo en forma de medida correctivo o incluso encarcelamiento. Esto asegura que el pago ha sido suficiente, especialmente cuando lo que fue quitado o dañado no puede ser reemplazado porque no hay precio material suficiente. Ten en cuenta que los casos especiales deben de ser manejados con la ayuda de Cristianos consejeros/pastores maduros y de confianza.
- Espera: La restitución es a menudo mejor hacerla después de dar un tiempo para trabajar profundamente en la sanidad, permitiendo que tu corazón se ablande. La paciencia y el autocontrol son dos de los frutos del espíritu santo (Gálatas 5:22 – 23), y cuando tratemos con una herida que perdura en el tiempo, normalmente es mejor orar para que nuestro corazón esté en mejor estado antes de proceder con la restitución (Santiago 1:4).
- Sustitución: Si no es posible hacer restitución a la persona ofendida, busca a un familiar o dáselo al Señor. El consejo te ayudará a decidir que es lo más apropiado.
- Restitución no conciliación: En ocasiones, la reconciliación no es el objetivo. La relación quizás nunca será lo que fue antes de desacuerdo o la herida. No podemos controlar cómo la gente responde y nosotros no debemos de expresar desaprobación si nuestros esfuerzos son rechazados. La reconciliación es ciertamente deseable en la mayoría de los casos, pero hay algunas situaciones donde aunque tenemos que pedir perdón, sería insano o poco sabio para nosotros, y quizás para ellos, resucitar la relación que existió una vez. (Génesis 33:12 – 17).
CONCLUSIÓN: La restitución da tranquilidad de espíritu para aquellos que la hacen honestamente.
PREGUNTAS
- ¿Cuáles son las precauciones en contra de apresurarse a la restitución?
- ¿Cómo puedes procesar la restitución?
OTRA LECTURA
- LUNES: Santiago 1:4
- MARTES: Lucas 12:58
- MIÉRCOLES: 1 Corintios 6:1
- JUEVES: Génesis 33:12 – 17
- VIERNES: Gálatas 5:22 – 23
- SÁBADO: 1 Juan 1:9
- DOMINGO: Santiago 5:16
TAREA: Menciona cinco cosas que no debes hacer cuando estas restituyendo.