Devocional Cielos Abiertos

ENSÉÑALES A RESPETAR AL UNGIDO

Memoriza: “No toquéis, dijo, a mis ungidos, Ni hagáis mal a mis profetas.” Salmos 105:15

Lee: Salmos 105:14 – 15

14 No consintió que nadie los agraviase,

Y por causa de ellos castigó a los reyes.

15 No toquéis, dijo, a mis ungidos,

Ni hagáis mal a mis profetas.

BIBLIA EN UN AÑO: Salmos 18 – 19

MENSAJE

"...No toquéis, dijo, a mis ungidos, Ni hagáis mal a mis profetas." -  Salmos 105:15

En el versículo anterior, no se menciona ningún límite de edad. Dios no dice, “Ancianos, no toques a mis ungidos…” y luego dice “Niños, vosotros podéis hacer lo que queráis con los ungidos”. Cuando un niño toco un hierro caliente, el hierro no se enfría simplemente porque lo toca un niño; el niño se quemará de la misma manera que se quemaría un adulto. La unción no es algo con lo que se pueda jugar, de ninguna manera. Muchos jóvenes han impuesto maldiciones sobre si mismos porque no respetaron al ungido. Si el ungido hubiera sabido algo de esto, seguramente podría haber intercedido por ellos, pero muchas veces, la persona ni siquiera sabe que algunos jóvenes se han burlado de él o ella; y esto provoca que el fuego simplemente se prenda.

Los niños no están exentos de sufrir las consecuencias de atacar a los ungidos de Dios con hechos o palabras. En 2 Reyes 2:23 – 24, algunos niños insultaron al ungido de Dios y murieron al instante. Por favor, enseña a tus hijos a no juntarse con otros para burlarse de alguien, aún menos para burlarse de hombres o mujeres de Dios. Si lees Números 16:1 – 35, verás que aquellos que atacan al ungido de Dios pueden morir de repente. Enseña a tus hijos, no importa lo jóvenes que sean, a nunca faltar al respeto al ungido, porque puede costarles la vida.

David, era un hombre que respetaba al ungido. Cuando Saúl estaba buscando a David para matarle, y éste tuvo lo oportunidad de quitarle la vida, él eligió no hacerlo. Sus padres le habían enseñado a respetar al ungido y tú puedes ver esto en 1 Samuel 16:19 – 20. Por eso aunque la biblia dice que había guerras por todas partes (1 Reyes 5:3), él no murió en batalla, en vez de eso, él murió de muerte natural cuando era viejo.

No dejes que tus hijos jueguen con fuego; enséñales que el ungido debe de ser respetado. Incluso cuando el ungido está equivocado, no es trabajo de ellos el castigar a la persona. Deja a Dios que castigue a Sus siervos Él mismo.

PUNTO CLAVE: No hay límite de adad para aquellos que no deben de tocar al ungido de Dios.