Devocional Cielos Abiertos

JESÚS, EL CORDERO SACRIFICADO

Memoriza: “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” Juan 1:29

Lee: Filipenses 3:20 – 21

20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; 

21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

BIBLIA EN UN AÑO: Lucas 15:1 – 32; 1 Samuel 17 – 18

MENSAJE

Una cosa a destacar sobre mi Señor Jesús, fue que Él tuvo que morir por pecados que Él nunca cometió. Él cargó con los pecados de todo el mundo y se ofreció a si mismo como cordero de sacrificio. ¿Por qué? Hebreos 9:22 explica que, a menos que se derrame sangre (que es vida), ningún pecado será perdonado. En otras palabras, a menos que algo muera para reemplazar el pecado, la persona morirá por sus pecados. Jesús murió para derramar Su sangre por tus pecados. Él sufrió la vergüenza, la burla, el dolor, y al final la muerte por nuestra causa.

Otra razón por la que la muerte de Jesús es la ley de la cosecha. Dios entiende que la calidad de tu cosecha se determina por la calidad de tu semilla, así pues, como Él quería más hijos, Él entregó a Su único hijo (Juan 3:16). Si Él hubiera enviado ángeles, Él no hubiera quedado con tanta tristeza por perder a Su hijo, pero Él dio Su regalo más especial, que conectaría Su corazón a la cosecha – Su hijos adoptados. Jesús se ofreció voluntario a morir en tu lugar para mostrar al diablo lo especial que eres para Dios. Si aún no has nacido de nuevo, eso significa que no aprecias Su sacrificio. Aprecio Su amor entregando tu vida a Él hoy.

PUNTO DE ORACIÓN: Señor Jesús, gracias por morir por mi y llevarte mis pecados. Gracias por la esperanza de la vida eterna.