Devocional Cielos Abiertos

SANIDAD O PLENITUD

Memoriza: “Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?” Lucas 17:17

Lee: Lucas 17:12 – 19

12 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos 13 y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! 14 Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. 15 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, 16 y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y este era samaritano. 17 Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? 19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

BIBLIA EN UN AÑO: Rut 1; 1 Samuel 2 – 4

MENSAJE

La sanidad es buena pero la plenitud es maravillosa. Cuando experimentas sanidad, no debes de quedarte ahi – debes de ir hacia el nivel de plenitud en buena salud. Hay un camino secreto hacia la plenitud y esta es el camino de la acción de gracias, la alabanza y la adoración. Desafortunadamente, algunas personas no conocen este camino. Son las típicas personas que hacen peticiones incurables con frecuencia. Todo lo que hacen es dar ordenes en el lugar de oración. Dan órdenes sin expresar ninguna forma de gratitud al Dueño Todopoderoso del cielo y de la tierra.

En nuestra lectura Bíblica de hoy, leemos sobre cómo diez leprosos se acercaron al Señor Jesucristo con una petición desanidad. Jesús les obligó y les pidió que fueran a presentarse delante del sacerdote. De camino hacia allí, todos fueron sanados. Sin embargo, aún les quedaba algo más por hacer para llegar al nivel de plenitud.

Un típico ejemplo de plenitud es lo que Naamán experimentó en 2 Reyes 5:14. Naamán experimentó plenitud – no fue simplemente sanidad, pues no había ni rastro de la lepra en él después de encontrarse con el Dios de Israel.

"Él entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio." - 2 Reyes 5:14

Cuando el décimo leproso vio que había sido sanado, volvió a Jesús para darle las gracias, alabarle y adorarle. Amado, mira a tu alrededor y mira las coas que Dios ya ha hecho por ti, no solo las que estás buscando que Él haga.

Jesús quedó tan impresionado con la gratitud de este hombre que decretó su plenitud. La Biblia dice, “Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?…Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.” – (Lucas 17:17, 19).

Dale la gloria a Dios, alábale, evita la maldad para que no solo seas sanado, sino que también recibas plenitud. Amado, cultiva el hábito de alabar, adorar y bendecir al Dios Altísimo. Vive una vida de santidad y continuarás disfrutando de la plenitud divina.

LLAMADA A LA ACCIÓN: Pasa diez minutos dándole gracias a Dios por todo lo que Él ha hecho por ti.