Devocional Cielos Abiertos

DAME ESA MONTAÑA

Memoriza: “Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.” Isaías 6:8

Lee: Josué 14:2 – 14

Por suerte se les dio su heredad, como Jehová había mandado a Moisés que se diera a las nueve tribus y a la media tribu. Porque a las dos tribus y a la media tribu les había dado Moisés heredad al otro lado del Jordán; mas a los levitas no les dio heredad entre ellos. Porque los hijos de José fueron dos tribus, Manasés y Efraín; y no dieron parte a los levitas en la tierra sino ciudades en que morasen, con los ejidos de ellas para sus ganados y rebaños. De la manera que Jehová lo había mandado a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel en el repartimiento de la tierra.

Caleb recibe Hebrón

Y los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal; y Caleb, hijo de Jefone cenezeo, le dijo: Tú sabes lo que Jehová dijo a Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea, tocante a mí y a ti. Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias como lo sentía en mi corazón. Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios. Entonces Moisés juró diciendo: Ciertamente la tierra que holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua, por cuanto cumpliste siguiendo a Jehová mi Dios. 10 Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años. 11 Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar. 12 Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho.

13 Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad. 14 Por tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel.

BIBLIA EN UN AÑO: Jueces 6 – 7

MENSAJE

La implicación de la petición de Caleb en nuestra lectura Bíblica de hoy es que estaba pidiendo una nueva responsabilidad y tarea. Debemos recordar que aunque el Señor había declarado que la tierra prometida le pertenecía a os hijos de Israel, ellos seguían teniendo la responsabilidad de poseerla. Los que la poseían originalmente no se iban a ceder sin más, la tierra que habían ocupado desde tiempos inmemoriales, por lo tanto, la necesidad de los israelitas de luchar para tomar lo que había sido declarado su posesión de forma divina.

Una de las tierras más difíciles de conseguir es una montaña, aún así Caleb le dijo a Josué, “Dame esa montaña”. El Señor había asegurado a Caleb que Él le daría esa parte de la tierra a él por su gran fe. Esta fe persistió incluso cuando ya era un anciano; él seguía creyendo en la fidelidad de Dios y que Él la daria la montaña como parte de la Tierra Prometida.

En la lectura Bíblica de hoy aprendemos que , “Señor dame esa montaña” significa “Dame esta tarea y y por Tu gracia, la cumpliré.” Por ejemplo, cuando oras para que Dios te haga Su ministro tú estás pidiendo una gran tarea pero te puedo asegurar que Su gracia será más que suficiente para ti, de acuerdo con 1 Timoteo 3:1 que dice;  Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea.” “Dame esa montaña” también puede significar, “Hazme un misionera y yo ganaré el mundo para Ti” o “Hazme Tu discípulo y yo hará grandes obras para Ti”.

Desear trabajar para Dios es la mejor cosa que puede pasarle a un hijo de Dios. Sin embargo, es una gran responsabilidad, por ejemplo, en 1 Timoteo 3:2 la Biblia dice; “Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, …” entre otras aptitudes. En otras palabras, vivir una vida sin pecado es parte del precio de hacer la obra de Dios. en 2 Timoteo 2:20 – 21 leemos que solo aquellos que purgan sus vidas de toda impureza de la vida pueden llevar a cabo tareas divinas con éxito. Nuestro versículo a memorizar de hoy revela que la búsqueda de Dios de vasijas para honra, para lo cual Isaías se ofreció voluntario. A esto le precedía un proceso de purificación después de admitir que era indigno (Isaías 6:5 – 7). Amado, para que seas usado por Dios para ejecutar tareas divinas con éxito, debes de pasar por un proceso de purificación espiritual a través del nuevo nacimiento y la santificación por medio de la sangre de Jesucristo (1 Juan 1:8 – 9).

PUNTO DE ORACIÓN: Señor, prepárame un santuario, puro y santo, aprobado y verdadero. Con acción de gracias, yo seré un santuario viviente por Ti en el nombre de Jesús. Amén.