Memoriza:«Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados.» 2 Crónicas 20:20
Lee: 2 Reyes 7:1 – 20
7 Dijo entonces Eliseo: Oíd palabra de Jehová: Así dijo Jehová: Mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y dos seahs de cebada un siclo, a la puerta de Samaria. 2 Y un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.
3 Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos? 4 Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues, ahora, y pasemos al campamento de los sirios; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos. 5 Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al campamento de los sirios; y llegando a la entrada del campamento de los sirios, no había allí nadie. 6 Porque Jehová había hecho que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de gran ejército; y se dijeron unos a otros: He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los egipcios, para que vengan contra nosotros. 7 Y así se levantaron y huyeron al anochecer, abandonando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y el campamento como estaba; y habían huido para salvar sus vidas. 8 Cuando los leprosos llegaron a la entrada del campamento, entraron en una tienda y comieron y bebieron, y tomaron de allí plata y oro y vestidos, y fueron y lo escondieron; y vueltos, entraron en otra tienda, y de allí también tomaron, y fueron y lo escondieron.
9 Luego se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos; y si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzará nuestra maldad. Vamos pues, ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey. 10 Vinieron, pues, y gritaron a los guardas de la puerta de la ciudad, y les declararon, diciendo: Nosotros fuimos al campamento de los sirios, y he aquí que no había allí nadie, ni voz de hombre, sino caballos atados, asnos también atados, y el campamento intacto. 11 Los porteros gritaron, y lo anunciaron dentro, en el palacio del rey. 12 Y se levantó el rey de noche, y dijo a sus siervos: Yo os declararé lo que nos han hecho los sirios. Ellos saben que tenemos hambre, y han salido de las tiendas y se han escondido en el campo, diciendo: Cuando hayan salido de la ciudad, los tomaremos vivos, y entraremos en la ciudad. 13 Entonces respondió uno de sus siervos y dijo: Tomen ahora cinco de los caballos que han quedado en la ciudad (porque los que quedan acá también perecerán como toda la multitud de Israel que ya ha perecido), y enviemos y veamos qué hay. 14 Tomaron, pues, dos caballos de un carro, y envió el rey al campamento de los sirios, diciendo: Id y ved. 15 Y ellos fueron, y los siguieron hasta el Jordán; y he aquí que todo el camino estaba lleno de vestidos y enseres que los sirios habían arrojado por la premura. Y volvieron los mensajeros y lo hicieron saber al rey.
16 Entonces el pueblo salió, y saqueó el campamento de los sirios. Y fue vendido un seah de flor de harina por un siclo, y dos seahs de cebada por un siclo, conforme a la palabra de Jehová. 17 Y el rey puso a la puerta a aquel príncipe sobre cuyo brazo él se apoyaba; y lo atropelló el pueblo a la entrada, y murió, conforme a lo que había dicho el varón de Dios, cuando el rey descendió a él. 18 Aconteció, pues, de la manera que el varón de Dios había hablado al rey, diciendo: Dos seahs de cebada por un siclo, y el seah de flor de harina será vendido por un siclo mañana a estas horas, a la puerta de Samaria. 19 A lo cual aquel príncipe había respondido al varón de Dios, diciendo: Si Jehová hiciese ventanas en el cielo, ¿pudiera suceder esto? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello. 20 Y le sucedió así; porque el pueblo le atropelló a la entrada, y murió.
BIBLIA EN UN AÑO: Deuteronomio 17 – 19
MENSAJE
El lugar que tiene la Biblia como la palabra de Dios inmutable y viva debe de estar firmemente establecido en nuestros corazones. A parte del hecho de que la palabra de Dios está inspirada por el Espíritu Santo, también es profética. Por eso Marcos 13:31 dice; «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.», de lo cual también se hace eco Lucas 16:17 que dice; «Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley.» Por lo tanto, la palabra de Dios de acuerdo con la Biblia, tiene el poder de obrar para cualquier que cree y actúa en ella para salvación, sanidad, liberación, prosperidad, y mucho más.
Tener fe en Dios y en el poder de Su palabra es algo vital para una vida Cristiana de éxito. La fe en Dios es la vía segura para establecerse y experimentar un éxito completo en la vida. Creer en los profetas de Dios es un medio seguro para el crecimiento y la prosperidad. Cualquiera que falla en creer en Dios, puede que tenga unos buenos padres, que esté lleno de grandes talentos y cualidades, que tenga grandes habilidades y fuerza, que esté bien conectado, e incluso puede alcanzar un estatus de celebridad, pero aún así esa persona no estará establecida, o no acabará su viaje por esta vida bien. Isaías 7:9 dice; «…Si vosotros no creyereis, de cierto no permaneceréis» Esto nos lleva al versículo a memorizar de hoy, que muestra que nuestra creencia en Dios y Sus verdaderos profetas, nos asegurará que tengamos éxito en la vida. Así como ese señor en nuestra lectura Bíblica de hoy, él desobedeció la palabra del profeta y le costó la vida, mientras que otros disfrutaron la abundancia que había sido profetizada.
Tenemos numerosos ejemplos de como las vidas de los individuos e incluso una nación entera, fueron cambiadas para mejor a través de la intervención de un profeta. Las grandes personalidad en la Biblia como David, Saul, Rebeca, Jeosafat, la viuda de Sarepta, Nabuconodosor y toros, se beneficiaron grandemente de los servicios de los profetas, por lo tanto, es necesario identificar a los verdaderos profetas de Dios, para no trivializar las ministraciones proféticas lo cual puede ser perjudicial para nosotros mismos. Debemos también de evitar caer en la trampa de los falsos profetas. El hecho es que si Dios lo ha dicho, entonces está establecido.
Por la gracia de Dios, se por experiencia persona que la palabra de la boca de un verdadero profeta de Dios es una de las armas más potentes en la tierra. Yo por lo tanto, profetizo para tu vida hoy que todo te irá bien, a ti, a tu familia, en tus negocios y en tu ministerio, en el nombre de Jesús.
PUNTO CLAVE: Tener fe en Dios y el poder de su palabra es vita para una vida Cristiana de éxito.