Estudio Biblico

POSICIÓNATE II

INTRODUCCIÓN

En la primera parte de esta serie aprendimos que podemos ser llamados a sufrir persecución por nuestra fe. Si esto sucede, debemos de mantenernos firmes porque no seremos los primeros ni los últimos que sufran por nuestra fe. Y que pase lo que pase, no debemos perder nunca el control de nuestra vida eterna. Solo necesitamos tener el temor del Señor y no habrá ya nada que temer. En esta segunda parte, queremos aprender que significa mantenerse firme por Cristo tanto en la vida como en la muerte. Que el Señor abra nuestros ojos espirituales para que podamos ver aquellas cosas que pertenecen a nuestra paz, en el nombre de Jesús.

CIRSTO NO TE ESTÁ PIDIENDO QUE LE SIRVAS A ÉL GRATUITAMENTE; ÉL PAGARÁ CADA ACTO DE SERVICIO QUE TÚ LE DES.

Con lo que respecta a Dios, Él requiere una sumisión total de tu parte. él quiere tu corazón, y no que le sirvas con meras habladuría. De hecho, solo cuando haces la voluntad de Dios completamente, puedes decir que estás verdaderamente conectado con Cristo. Ahora bien, cuando comparas lo que Cristo y otros santos de la antigüedad han hecho con lo que se requiere de nosotros hoy en día, entenderás que se nos ha dado una tarea fácil. Además, Cristo no nos está pidiendo que le sirvamos gratuitamente, aunque Él tiene el derecho de hacerlo. Pero Él nos recompensará por todos nuestros esfuerzos siempre y cuando los hagamos de todo corazón.

Proverbios 23:26; Mateo 12:50; Efesios 6:6; Juan 4;34-38; Salmos 126:5-6; Éxodo 23:25; Deuteronomio 10:12; I Corintios 15:58; II Timoteo 4:5; Filipenses 2:12.

EL HOMBRE ES UNA TRINIDAD: CUERPO, ALMA Y ESPÍRITU. NECESITA MÁS QUE PAN PARA SOBREVIVIR VERDADERAMENTE

Que tu objetivo tanto en la vida como en la muerte sea agradar a Cristo. No permitas que tu búsqueda del pan diario obstruya tu objetivo espiritual o nuble tu visión espiritual. Las personas necesitan más que pan para sobrevivir porque son una trinidad y los que verdaderamente sobreviven son los que sobreviven después de la muerte. La muerte es una por persona, pero la muerte no es el final de la historia. Es solo el principio. Firma un contrato de lealtad total con Dios ahora y tu supervivencia aquí y en el más allá estará establecida.

Filipenses 1:21; Deuteronomio 8:3; Eclesiastés 8:8; Salmos  23:4; Hebreos 9:27; Colosenses 1:27; Hebreos 11:13; Apocalipsis 14:13; Salmos  116:15; Daniel 1:8.