Memoriza:«Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.» Gálatas 2:20
Lee: Gálatas 2:19 – 20
19 Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
MENSAJE
Simplemente estar en este mundo te pone en una posición en la que puedes ser insultado. De hecho, como humanos con diferentes formas de pensar, comportamientos y capacidad de entendimiento, cada uno percibimos las cosas de diferente manera. Una respuesta que puede solucionarse diciendo lo siento puede llevarnos a una discusión y después a la malicia. Por lo tanto, como hijo de Dios, debes de tener un amortiguador de insultos.
A medida que te hagas mayor, te darás cuenta de que quizás no seas capaz de controlar quien te insulta, pero en vez de eso controlarás como reaccionas, ni siquiera tienes que hacer o decir nada antes de que alguien te insulte. Por ejemplo, he trabajado en mi mismo tanto que, cuando alguien hace una comentario rudo o malo en los medios sobre la Iglesia Cristiana Redimida de Dios, no respondo. Siempre le digo a mis hijos que las personas sabias y maduras ignoran los insultos. Si tú respondes siempre a todo lo que te hacen o dicen, entonces necesitas ser quebrantado por el Espíritu Santo.
PUNTO DE ORACIÓN: Padre por favor, ayúdame a saber cómo y cuándo hablar, y también cuando no hacerlo.