Devocional Cielos Abiertos

A DIOS NO SE LE PUEDE SOBORNAR

Memoriza: “El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová; Mas la oración de los rectos es su gozo.” Proverbios 15:8

Lee: Mateo 13:33 – 58

Parábola de la levadura

(Lc. 13.20-21)

33 Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.

El uso que Jesús hace de las parábolas

(Mr. 4.33-34)

34 Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; 35 para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:

Abriré en parábolas mi boca;

Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.

Jesús explica la parábola de la cizaña

36 Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. 37 Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. 38 El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. 39 El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. 40 De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. 41 Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.

El tesoro escondido

44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.

La perla de gran precio

45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, 46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.

La red

47 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; 48 y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera. 49 Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, 50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Tesoros nuevos y viejos

51 Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor. 52 Él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

Jesús en Nazaret

(Mr. 6.1-6Lc. 4.16-30)

53 Aconteció que cuando terminó Jesús estas parábolas, se fue de allí. 54 Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene este esta sabiduría y estos milagros? 55 ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene este todas estas cosas? 57 Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa. 58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.

MENSAJE

Estoy seguro de que llegados a este punto, tú ya conoces los beneficios de dar tu tiempo, tus talentos, tu diezmo y tesoros al Señor con alegría.

Sin embargo, no muchos predicadores hablan sobre la condición del que da. dios está mas interesado en el motivo de la dádiva que en lo que se está dando.

Si una persona da su tiempo, dinero o servicios a Dios por las razones equivocadas, Él no aceptará esa ofrenda, aún menos recompensará esa dádiva. Como siempre digo, no importa lo grande que sea una ofrenda que viene del pecado u obtenida ilegítimamente. Dios no la aceptará porque Él aborrece el pecado y todo lo que venga de un pecador.

¿Estás sirviendo en tu iglesia porque verdaderamente amas a Dios o quieres socializar con la gente? ¿Estás dando una gran ofrenda para compensar un pecado u otro? ¿Estás dando para aparentar? Siempre que estés a punto de dar al Señor, pregúntate a ti mismo: “¿será mi ofrenda o sacrificio de hoy aceptable a los ojos de Dios? Si la respuesta es “Si”, entonces ve y da tu ofrenda con alegría, pero si la respuesta es “No”, arrepiéntete y haz la restitución necesario antes de dar esa ofrenda o servicio a Dios.

REFLEXIÓN: Para conseguir las bendiciones que vienen de la dádiva, haz siempre lo aceptable delante de Dios.