Devocional Cielos Abiertos

LAS BENDICIONES DEL PERDÓN

Memoriza: “Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.” Salmos 32:1

Lee: Lucas 23:39 – 43

39 Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.

40 Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?

41 Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.

42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.

43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

BIBLIA EN UN AÑO: Hageo

MENSAJE

Quizás no seamos capaces de comprender lo que la verdadera bendición es hasta que experimentamos el perdón divino. Nadie puede comparar el gozo de la salvación. Vemos esto con Zaqueo cuando Jesús le llamó en Lucas 19:2 – 8; fue el gozo lo que causó que él hiciera restitución por sus pasadas obras de maldad. Cuando el home es genuinamente salvado, él no solo vivirá una vida verdaderamente gozosa, él también se sentirá empujado a corregir sus malos actos. Es la falta de verdadera salvación la que hace que una persona siga por ejemplo, con su amante, incluso después de su conversión.

Una de las historias más maravillosas de salvación está en la lectura Bíblica de hoy. A solo unas pocas horas antes de que él fuera al infierno, uno de los ladrones en la cruz al lado de Jesús experimentó un gran cambio y entró al Paraíso. De esto, podemos ver que la oración de salvación no tiene porque ser muy larga; solo tiene que ser simple, directa al asunto y sincera. Todo lo que necesitas hacer es arrepentirte de tus pecados y prometerle a Dios no volver a ellos. Clamar la sangre de Jesús sobre tu vida para que te limpie es también muy importante en este asunto. Vemos al publicano orar en Lucas 18:10 – 14 “…Dios, sé propicio a mí, pecador.” y Jesús le dijo “Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro…”

Las bendiciones de Dios (la ayuda divina) viene en múltiples formas pero la bendiciones del perdón divino debe de ser la primera que busquemos. En la lectura Bíblica de hoy, los dos ladrones hicieron sus peticiones. Uno pidió libertad, el otro salvación. Jesucristo priorizó la petición de salvación. Aquí vemos la verdadera bendición.

Amado, la verdadera bendiciones está en el perdón que recibimos por nuestros pecados; es sobre este fundamento que todas las demás bendiciones se construyen. Por eso, si tu aún no te has arrepentido. Te imploro que lo hagas ahora sin más dilación. Confiesa tus pecados conocidos y desconocidos a Jesús – El Salvador de la humanidad. Él te perdonará como hizo con Zaqueo y el ladrón en la cruz, para que las bendiciones de Dios fluyan en tu vida, en el nombre de Jesús.

PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, perdona todas mis iniquidades y dame el poder para "Ir y no pecar más", en el nombre de Jesús.