Devocional Cielos Abiertos

LA ENVIDIA ES MALA

Memoriza:“Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.” Santiago 3:16

Lee: Santiago 3:13 – 16

La sabiduría de lo alto

13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.

14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;

15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.

16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.

BIBLIA EN UN AÑO: Apocalipsis 7 – 11

MENSAJE

La envidia es algo tan seria que Proverbios 27:4 dice: “Cruel es la ira, e impetuoso el furor; Mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?”

Esto significa que la ira y el enfado no se pueden comparar con la envidia. Amado, se necesita la intervención divina para que una persona envidiosa escape de las consecuencias de sus acciones. José fue objeto de envidia incluso entre sus hermanos, tanto que le podían haber matado si no hubiera sido porque Dios le protegió. Al final sin embargo, todos los que fueron envidiosos de la gracia de Dios sobre su vida se postraron ante él. ¿Estas siendo envidiado por miembros de tu familia biológica o espiritual? El señor te librará hoy, en el nombre de Jesús.

La palabra de Dios es verdadera a través de los tiempos, así pues, debemos de vigilar nuestra actitud hacia ella. Jesús dijo en Mateo 10:36 que “…y los enemigos del hombre serán los de su casa.”

La historia de José es una lección para los creyentes que comparten testimonios de cosas que han de suceder en sus vidas, que aún están en proceso de incubación, así pues, darle información al enemigo sobre estas cosas puede ser usado en contra de ellos. José ingenuamente reveló sus sueños de convertirse en gobernador sobre sus hermanos que ya tenían envidia de él. Él podía haberse guardado el sueño para él y su destino se hubiera cumplido igualmente porque era del Señor. Se esto porque Salmos 33:11 dice,

"El consejo de Jehová permanecerá para siempre..."

Como hijos de Dios, la Biblia está llena de pasajes que nos aseguran protección sobre nuestras vidas. Salmos 23, por ejemplo, dice que aunque caminemos por valle de sombra y de muerte, no debemos de temer mal alguna, porque el bien y la misericordia nos seguirán donde quiera que vayamos.

Debemos de tener cuidado sin embargo, del tipo de personas con las que compartimos nuestras visiones, sueños, aspiraciones…, porque el corazón del hombre es engañoso y desesperadamente malvado (Jeremías 17:9). No debemos de provocar la envidia de nuestros enemigos deliberadamente porque la gracia no cubre la frivolidad.

Aunque tenemos la garantía de la protección de Dios, debemos también de tener cuidado de no cortejar la envidia por nuestras acciones o inacciones, generando así una lucha innecesaria.

PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, concédeme la sabiduría para no provocar la envidia deliberadamente, protégeme a mi y a mi familia, de todo mal.