Memoriza: «Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.» Juan 4:21
Lee: Juan 4:20 – 24
20 Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.
21 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.
23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
MENSAJE
Hoy en día, que los padres visiten Montañas de oración y animen también a sus hijos a seguirles, se está convirtiendo en una costumbre. Algunos Cristianos creen que no pueden escuchar a Dios a menos que vayan a cierta montaña para atender un gran programa o servicio.
Esta perfectamente bien el orar en una montaña como lo hizo Jesús, Él incluso recurrió a ir a los desiertos para evitar las distracciones mientras que estaba en comunión con Dios, Su Padre.
Sin embargo, nuestra lectura Bíblica nos muestra un lugar perfecto para la adoración. Jesús le dijo a la Samaritana que no había necesidad de viajar hasta la montaña para adorar a Dios, como lo hicieron sus antepasados.
Dios espera que la adoración se realice en Espíritu y en verdad, no en Montañas de Oración. Hay una experiencia especial relacionada con una relación personal con Dios, en privacidad, y esto no tienen nada que ver con una lugar específico.
Por lo tanto, para ofrecer una adoración aceptable a los ojos de Dios, libera tu corazón de engaños, porque tu corazón es el verdadero lugar para la adoración. Solo entonces recibirás las respuestas a tus oraciones.
PUNTO CLAVE: Desarrolla un altar personal para Dios en tu corazón y en tu habitación donde puedas acercarte a Él diariamente.