PARTE 3
INTRODUCCIÓN
Hemos aprendido las varias categorías de pecados que pueden corromper una vasija y hacer que no sea apta para el uso del Maestro de la casa. Hemos visto cómo la vasija puede pecar en contra de sí misma, en contra de otros y en contra de Dios. En esta tercera parte, queremos hablar sobre:
- Por qué la vasija debe de estar limpia siempre.
- Y cómo.
Que el Señor abra nuestros corazones para recibir Sus palabras en el Nombre de Jesús. Amén.
PORQUE LA VASIJA PARA HONRA DEBE ESTAR SIEMPRE LIMPIA
Dios es el Rey de reyes, el Ser Supremo. Él es el mejor, el más grande, el Todopoderoso. En consecuencia, Él usa solo las vasijas del oro más puro y de la plata más fina. Las vasijas para honra no son sólo para ser usadas, tienen que unirse con otros santos para formar equipo y ser colaboradores de Dios. También, Jesús es parte de ellos. Así pues, cualquier miembro del equipo tiene que ser puro para no ensuciar a los otros santos y el Señor Jesús. Por eso las vasijas que se corrompen no se toleran y son descartadas.
Dan. 5:2; II Cor. 4:6-7; Rom. 9:21-24; Efe. 2:13; 18:22; Heb. 3:12-14; I Cor. 3:9; 16-17; I Ped. 2:5-12.
EL PROCESO DE LIMPIEZA PUEDE SER PACÍFICO O DOLOROSO, TU ELIGES
En el proceso de limpieza, no se permite ninguna mancha, no importa lo pequeña que sea, (ya se física, del alma o espiritual). El proceso de purificación puede ser feroz y doloroso, pero el fin justifica los medios. Sin embargo, si no permites que la palabra lo haga, lo hará el fuego.
I Cor. 5:6-8; II Cor. 7:1; I Ped. 1:22; 1 Ped. 1:2-7; I Juan 3:1-3; Hechos 9:15-16; II Tim. 3:16-17; Is. 1:25.
CÓMO PERMANECER LIMPIO
Si quieres permanecer limpio por siempre para el Señor, y ser siempre una vasija para honra, estos son algunos de los pasos a tomar:
- Estudia la Palabra,
- Memorízala,
- Hazla, es decir, practícala,
- Sepárate del mundo,
- Apártate de cualquier cosa tenga apariencia de maldad,
- No vuelvas con tus amistades anteriores,
- Y ten cuidado de: el orgullo, cuestionar a las autoridades que ha sido elegidas de forma divina, la envidia, las contiendas, el quejarse, las conjeturas, las disputas, las ideas erróneas de lo que es la santidad, el desear riquezas rápidamente.
Sobre todo, si estas limpio, vigila; si has caído, levántate y huye de la zona de peligro. El que refina está preparado ahora, si tú lo estás.
Salmos 119:9, 11, Is. 52:11, Jer. 15:19; I Tim. 6:3-11; I Cor. 10:12-14; 6:15-18; Malaquías 3:3.