Devocional Cielos Abiertos

LA GLORIA LE PERTENECE AL SEÑOR

Memoriza:«Yo Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey.» Isaías 43:15

Lee: Daniel 4:30 – 37

30 habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?

31 Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti;

32 y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere.

33 En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves.

34 Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades.

35 Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?

36 En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida.

37 Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.

BIBLIA EN UN AÑO: 1 Crónicas 6 – 10

MENSAJE

Siete años después de que Nabuconodosor fuera destituido del trono y desgraciado hasta el punto de comer hierba como los bueyes, se dio cuenta de que el Dios Altísimo gobierna el reino de los hombres. Nacubonodosor había pensado equivocadamente que él se había hecho grande gracias a la «grandeza de su poder» (Daniel 4:30), pero después se dio cuenta de que había sido Dios quien le había hecho grande. Muchas personas cometen el mismo error hoy en día, al proclamar que su éxito ha venido a fuerza de trabajo duro. ¿Hay alguna cosa que tenga el hombre que no lo haya recibido? (1 Corintios 4:7). Todo logro que no nos conduzca de vuelta al verdadero Triunfador – el Dios Todopoderoso, es mortífero.

La Biblia nos advierte en contra de alardear sin darle la gloria a Dios, en Santiago 4:13 – 15;

"!!Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello."

Es el Dios Todopoderoso quien tiene el poder para desear y hacer porque Él es Soberano. Es algo abominable a los ojos del Dios Soberano que alguien alardee, no solo de lo que ha logrado como si fuera gracias a sus habilidades, sino incluso de lo que podría hacer en el futuro. Santiago 4:16 dice «Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala«

No debemos de otorgarnos nunca la gloria que le pertenece a Dios, como lo hizo el Rey Herodes. Todo lo que él tenía que hacer era re-dirigir la gloria de Dios pero no lo hizo así, y esto le costó la vida, como vemos en Hechos 12:21- 23.

"Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y les arengó. Y el pueblo aclamaba gritando: !!Voz de Dios, y no de hombre! Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos."

La gloria le pertenece a Dios. Haz un hábito en tu vida, el devolverle la gloria a Dios siempre, y Él seguirá promocionándote, en el poderoso nombre de Jesús.

LLAMADA A LA ACCIÓN: ¿Alguna vez te has llevado la gloria que le pertenece a Dios? Arrepiéntete ahora y devuélvele la gloria a Él.