Devocional Cielos Abiertos

MÁTALO

Memoriza:“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros,” 2 Corintios 4:7

Lee: Marcos 14:3 – 9

Jesús es ungido en Betania

Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.

Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume?

Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella.

Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho.

Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis.

Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura.

De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.

MENSAJE

En la lectura Bíblica de hoy, se nos habla de un vaso de perfume de alabastro. El vaso estaba hecho de arcilla y el perfume que contenía era muy precioso y de mucho valor. El perfume permaneció intacto hasta que el vaso se rompió.

Así como el vaso, tú ere un alma que vive dentro de un cuerpo. Ese cuerpo también es conocido como la carne. A menudo, cuando alguien quiere hacer las cosas que beneficiarían al alma, la carne se interpone. Esto es porque a la carne le gusta la comodidad. Así que, para que tengas un caminar con Dios sin complicaciones, la carne tiene que morir. Puedes matar a la carne buscando a Dios en oración fervientemente.

Por ejemplo, si te resulta difícil despertarte en la noche para orar, puede ser porque tu cama es demasiado cómoda; duerme en el suelo. Se duro con tu carne.

Cuando era un estudiante, hice esto mucho cuando me estaba preparando para un examen. Y ahora se ha convertido en un hábito; mi habitación de oración no tiene muebles, solo una alfombra para orar, una copia de mi Biblia y un diccionario.

Tienes que ser duro con tu carne si quieres llegar al cielo. Convierte el tiempo que pasas mirando la televisión o en las redes sociales a estudiar la palabra de Dios.

PUNTO CLAVE: Cualquier Cristiano que no mata a la carne, ésta le matará a él.