Memoriza:»Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.« Lucas 6: 31
Lee: Génesis 18:1 – 5
Promesa del nacimiento de Isaac
18 Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día.
2 Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra,
3 y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo.
4 Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol,
5 y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho.
MENSAJE
Hace un tiempo, visité a una familia y fui con un regalo en particular para ellos. Ellos me dieron la bienvenida y me ofrecieron asiento. Les di las gracias, miré mi asiento y seguimos intercambiando saludos y agradecimientos. Nadie me ofreció un vaso de agua y me asombró la tacañería de ellos. Después de unos minutos, me despedí de ellos y me fui sin dejar el regalo.
No seas tacaño con nadie especialmente con los que te visitan; ten en cuenta que ese vaso de agua no puede darte ni quitarte ninguna bendición física o divina.
Un joven Cristiano puede ser tacaño sin darse cuenta. Cuando das con un corazón avaro, estás siendo tacaño. Algunas personas ofrecen cosas a sus invitados pero esperan que la persona las rechace.
Se hospitalario con todo el mundo que te visita; insiste en que tomen agua y si tienes un refresco o fruta para ofrecer, ofrécelo.
Abraham entretuvo a los invitados y consiguió la confirmación de la promesa de Dios y un tiempo estimado. Da con alegría de corazón sin esperar nada a cambio. Sé generoso y ama a otros así como Cristo te ama.
PUNTO CLAVE: La tacañería no es un fruto del Espíritu