Memoriza:« No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes.» 2 Corintios 1:24
Lee: 2 Corintios 2:20 – 24
20 porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.
21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,
22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.
23 Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto.
24 No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes.
MENSAJE
Le di mi vida a Cristo la tarde del domingo 29 de Julio de 1973. Cuando llegue a mi oficina la mañana siguiente, me encontré con mi supervisor, el Profesor Chicke Obi quien me miró sorprendido. Él me preguntó si era mi cumpleaños porque estaba radiante. Un compañero también me preguntó si había ido a una boda ese fin de semana. Le contesté que no, pero que acababa de recibir una invitación para asistir a las bodas del Cordero.
El gozo es la evidencia de la libertad. Muestra la liberación de cosas que te tenían atrapado. En mi caso, por fin era libre del pecado, la enfermedad y el fuego del infierno, y eso me dio mucho gozo.
El gozo es como un pozo; su profundidad determinará la cantidad de agua que sale de él – Hay gozo en el cielo cuando un pecado se arrepiente (Lucas 15:7).
Este gozo también inunda el corazón del pecador que se arrepiente, pero el gozo debe de ser permanente. Una forma de retener el gozo después de la salvación es profundizar en la palabra de Dios. Esto puede hacer estudiándola, meditando en ella y obedeciéndola. También, cuanto más estas en la presencia de Dios, más profundo es tu gozo. Estarás tan rodeado de la presencia de Dios que incluso si pasas por una situación desagradable, responderás a esta con gozo.
PUNTO CLAVE: Aquellos que confiesan buenas noticias, casi nunca están tristes.