Memoriza:«No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.» Hebreos 13:2
Lee: Juan 6:8 – 13
8 Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo:
9 Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?
10 Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones.
11 Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían.
12 Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.
13 Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido.
MENSAJE
Una historia que me ayudo cuando era un joven Cristiano trataba de los Cristianos que fueron encerrados en una prisión y perseguidos por su fe. Les alimentaban con dos trozos de pan diario. Entre los prisioneros había un anciano y un joven. Cada vez que al joven le daban su ración de pan, tenía tanta hambre que nunca le saciaba. Sin embargo, siempre que el anciano recibía su ración, rompía el trozo en dos y le daba al joven.
El pequeño chico en la lectura Bíblica de hoy podría haber guardado su comida para el día siguiente o aún mejor, dársela a Jesús para ganar reconocimiento y también hacerse un selfie con Jesús porque Él era la persona más influyente en la ciudad en se tiempo, peor no hizo nada de esto. Andrés el discípulo seguramente le explicó porqué su comida era tan necesaria y el chico voluntariamente la entregó para alimentar a mieles de personas.
Dios hará que algunos jóvenes se crucen en tu camino, para que compartas tus cosas con ellos; no ores por ellos simplemente, comparte tu comida con ellos.
Entiende que Dios te bendijo para que tú puedas bendecir a otros.
PUNTO DE REFLEXIÓN: Piensa en alguien que esté necesitado hoy y ayúdale.