Devocional Cielos Abiertos

¿NECESITAS UN MILAGRO? I

Memoriza:«Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.» Filipenses 4:19

Lee: 2 Reyes 6:24 – 30

Eliseo y el sitio de Samaria

24 Después de esto aconteció que Ben-adad rey de Siria reunió todo su ejército, y subió y sitió a Samaria.

25 Y hubo gran hambre en Samaria, a consecuencia de aquel sitio; tanto que la cabeza de un asno se vendía por ochenta piezas de plata, y la cuarta parte de un cab de estiércol de palomas por cinco piezas de plata.

26 Y pasando el rey de Israel por el muro, una mujer le gritó, y dijo: Salva, rey señor mío.

27 Y él dijo: Si no te salva Jehová, ¿de dónde te puedo salvar yo? ¿Del granero, o del lagar?

28 Y le dijo el rey: ¿Qué tienes? Ella respondió: Esta mujer me dijo: Da acá tu hijo, y comámoslo hoy, y mañana comeremos el mío.

29 Cocimos, pues, a mi hijo, y lo comimos. El día siguiente yo le dije: Da acá tu hijo, y comámoslo. Mas ella ha escondido a su hijo.

30 Cuando el rey oyó las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestidos, y pasó así por el muro; y el pueblo vio el cilicio que traía interiormente sobre su cuerpo.

2 Reyes 7:1 – 16

 Dijo entonces Eliseo: Oíd palabra de Jehová: Así dijo Jehová: Mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y dos seahs de cebada un siclo, a la puerta de Samaria.

Y un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.

Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?

Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues, ahora, y pasemos al campamento de los sirios; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.

Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al campamento de los sirios; y llegando a la entrada del campamento de los sirios, no había allí nadie.

Porque Jehová había hecho que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de gran ejército; y se dijeron unos a otros: He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los egipcios, para que vengan contra nosotros.

Y así se levantaron y huyeron al anochecer, abandonando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y el campamento como estaba; y habían huido para salvar sus vidas.

Cuando los leprosos llegaron a la entrada del campamento, entraron en una tienda y comieron y bebieron, y tomaron de allí plata y oro y vestidos, y fueron y lo escondieron; y vueltos, entraron en otra tienda, y de allí también tomaron, y fueron y lo escondieron.

Luego se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos; y si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzará nuestra maldad. Vamos pues, ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey.

10 Vinieron, pues, y gritaron a los guardas de la puerta de la ciudad, y les declararon, diciendo: Nosotros fuimos al campamento de los sirios, y he aquí que no había allí nadie, ni voz de hombre, sino caballos atados, asnos también atados, y el campamento intacto.

11 Los porteros gritaron, y lo anunciaron dentro, en el palacio del rey.

12 Y se levantó el rey de noche, y dijo a sus siervos: Yo os declararé lo que nos han hecho los sirios. Ellos saben que tenemos hambre, y han salido de las tiendas y se han escondido en el campo, diciendo: Cuando hayan salido de la ciudad, los tomaremos vivos, y entraremos en la ciudad.

13 Entonces respondió uno de sus siervos y dijo: Tomen ahora cinco de los caballos que han quedado en la ciudad (porque los que quedan acá también perecerán como toda la multitud de Israel que ya ha perecido), y enviemos y veamos qué hay.

14 Tomaron, pues, dos caballos de un carro, y envió el rey al campamento de los sirios, diciendo: Id y ved.

15 Y ellos fueron, y los siguieron hasta el Jordán; y he aquí que todo el camino estaba lleno de vestidos y enseres que los sirios habían arrojado por la premura. Y volvieron los mensajeros y lo hicieron saber al rey.

16 Entonces el pueblo salió, y saqueó el campamento de los sirios. Y fue vendido un seah de flor de harina por un siclo, y dos seahs de cebada por un siclo, conforme a la palabra de Jehová.

BIBLIA EN UN AÑO: Salmos 143 – 145

MENSAJE

Desde que la caída del hombre, la cual provocó que la tierra fuera maldecida por su culpa, se ha convertido en un problema que necesita intervención divina para prosperar. Solo por intervención divina – también conocido como milagros, puede el hombre prosperar con facilidad. En la lectura Bíblica de hoy, Samaria estaba bajo acoso y no podía cultivar ni mercadear Esto resultó en una gran hambruna, la cual se volvió tan severa que la gente empezó a matar a sus hijos para comer. La situación trajo desesperación por un milagro en la ciudad de Samaria.

La innegable verdad es que todo el mundo necesita un milagro en algún momento – ya sea físico, psicológico, material, financiero o incluso aún más importante, espiritual. El Rey David sabía esto y escribió » Jehová es mi pastor; nada me faltará.» (Salmos 23:1)

¿Quién es tu pastor? Si el Señor es realmente tu Pastor, entonces eres un candidato para milagros. El Señor es el que posee los millares de animales en los collados, de acuerdo con Salmos 50:10 – 11.

"Porque mía es toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los collados. Conozco a todas las aves de los montes, Y todo lo que se mueve en los campos me pertenece."

Como leemos en la lectura Bíblica de hoy, la gente de Samaria necesitaba desesperadamente un milagro y estaban tan bendecidos que tenían un profeta entre ellos. El profeta declaró la palabra de Dios pero ésta palabra era tan optimista que uno de los miembros del gabinete del rey no la creyó, y su incredulidad fue su perdición. Necesitamos tener fe en Dios cuando necesitamos una intervención divina (un milagro). La Biblia dice en 2 Crónicas 20:20;

"...Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados"

Amado, ¿necesitas un milagro? Cumple con las condiciones de Dios obedeciendo todos Sus mandamientos, los cuales incluyen aceptar a Jesucristo como tu Salvador, vivir una vida de santidad, pagar fielmente tus diezmos, ofrendar de corazón, honrarle a Él con todos tus primeros frutos, etcétera.

Confía en Dios para tu bendición completa y ciertamente verás Su gloria.

PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, manda milagros para cubrir mis necesidades, de acuerdo con Tus riquezas en gloria, en el poderoso nombre de Jesús.