Devocional Cielos Abiertos

JESÚS EL PRÍNCIPE DE PAZ

Memoriza:“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” Isaías 9:6

Lee: 2 Corintios 5:17 – 19

17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;

19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

BIBLIA EN UN AÑO: Salmos 117 – 118

MENSAJE

Cuando el pecado entró en las vidas de Adán y Eva, perdieron su relación cordial con el Señor Dios Todopoderoso. Fueron separados de la maravillosa presencia de su creador. Fue una gran pérdida. Lo interesante es que muchos quizás no crean que es Dios quién quiere que el hombre vuelva a tener una relación con Él. Sin embargo, la santidad de Dios le previene de estar en medio de la iniquidad, como vemos en Isaías 59:1- 2;

"He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír."

Por lo tanto, para que esta reconciliación se diera, Dios tuvo que hacer el sacrificio de dar a Su único hijo, Jesucristo, por los pecados del mundo (Juan 3;16). 2 Corintios 5:19 sigue diciendo;

"que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación."

Antes de que Jesucristo fuera crucificado en la cruz, Él dijo;

" Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar." Mateo 11:28

En Juan 7:37, Él declara;

"...Si alguno tiene sed, venga a mí y beba."

Mateo 5:9 dice “ Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.”. Para hacer las paces con Dios por lo tanto, uno tiene que reconocer sus pecados, confesarlos, y olvidarlos, con la promesa de no volver a la vida de desobediencia. Una nueva vida se espera de todo aquel que ha aceptado la paz que vivir en Cristo trae. La Biblia habla del republicano en Lucas 18:13 así:

"Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador."

Hacer las paces con Dios también requiere romper con los errores del pasado y rectificar nuestras equivocaciones como en el caso de Zaqueo:

" Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado." Lucas 19:8

Esta es una prueba genuina de arrepentimiento y reconciliación.

PUNTO DE ORACIÓN: Jesucristo, Príncipe de Paz, por favor, quita cualquier barrera entre mi Padre Celestial y yo, Señor Jesús, reconcíliame permanentemente con Dios el Padre.