Memoriza:«Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.» Jeremías 1:10
Lee: Jeremías 1:7 – 10
7 Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande.
8 No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová.
9 Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.
10 Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.
BIBLIA EN UN AÑO: Salmos 102 – 104
MENSAJE
El poder, particularmente aquel que es dado por Dios, es dulce. Sin embargo, hay algo más dulce que el poder, y eso es la autoridad. Cuando Dios te da autoridad, te conviertes en un «pequeño dios» por derecho propio (Salmos 8:26). Dios le dio a Moisés autoridad para ir y librar a los hijos de Israel de la esclavitud de los egipcios y se convirtió en un dios para el Faraón y los ejércitos de Egipto.
" Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta." Éxodo 7:1
Cuando le entregamos nuestras vidas a Jesucristo a través dela fe, nos convertimos en hijos de Dios por gracia, porque Él da poder a todos lo que lo quieran recibir y creen en Su nombre (Juan 1:11 – 12). Cuando empezamos a hacer Su voluntad, siguiéndole a Él íntimamente, Él nos da autoridad sin medida. Ese es el momento en el que ascendemos a planos espirituales más altos y por encima de los principados y potestades del diablo. Lo malo de muchos creyentes del siglo 21, es que tienden a quedarse satisfechos con el poder para convertirse en hijos de Dios, pero difícilmente se preocupan de poseer autoridad espiritual como los creyentes de antaño. Muchos hijos de Dios contemporáneos operan por debajo del nivel de los profetas del Antiguo Testamento, que no tenían el privilegio de tener el tipo de relación que disfrutamos nosotros con el Espíritu Santo. Por ejemplo, en 2 Reyes 1:10, Elías hizo descender fuego sobre aquellos que venían a arrestarle. ¿Cuántos Cristianos contemporáneos pueden hacer que descienda fuego del Cielo?
Aunque es cierto que debemos predicar el evangelio de paz, también debemos de mostrar las alabanzas de nuestro Señor Jesucristo como Sus sacerdotes (1 Pedro 2:9). Lucas 9:1 dice;
" Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades."
La Biblia también dice en Santiago 4:7;
"Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros."
Para tener esa autoridad que pone al diablo y sus huestes bajo control, debemos de primeramente someternos a Jesucristo. Es Él quien tiene toda la autoridad y el poder, de acuerdo con Mateo 28:18.
PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, dame la autoridad para vivir por encima de los principados y las potestades que quieran destruir o alterar mi destino, en el nombre de Jesús.