Devocional Cielos Abiertos

CRECE EN EL ESPÍRITU

Memoriza: «Los plantaste, y echaron raíces; crecieron y dieron fruto; cercano estás tú en sus bocas, pero lejos de sus corazones.« Jeremías 12:2

Lee: Colosenses 1:9 – 10

Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,

10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

MENSAJE

Muchas personas orar erróneamente porque Dios les de el fruto del Espíritu olvidando que los frutos no se dan, sino que crecen con el tiempo, después de un periodo de plantar y germinar. Un agricultor que planta semillas de mango no se quedará de brazos cruzados esperando que la semilla crezca sola. El agricultor tiene que exponer la semilla a la cantidad suficiente de luz solar, agua, y mantenerla quitando las malas hierbas que crecen a su alrededor, para que pueda crecer y dar frutos.

De la misma manera, el crecimiento espiritual de un Cristiano es un proceso que empieza después de que la persona haya aceptado a Jesús en su vida. Después se espera de esta persona que nutra su relación con el Espíritu Santo para que Él pueda poner frutos en la persona.

El fruto del Espíritu es lo que distingue a un hijo de Dios de aquel que simplemente está practicando el Cristianismo como religión. Para crecer en el Espíritu, también tiene que estudiar la palabra de Dios porque es un espejo que expone las debilidades que hay en ti. A medida que vas trabajando en tus debilidades, te haces mejor. Cuanto más te sometes al Espíritu Santo, más creces en el Espíritu y más fruto llevas.

PUNTO DE ORACIÓN: Padre, haz que yo crezca cada día al estudiar y hacer Tu palabra.