Memoriza:“porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.” 1 Timoteo 4:8
Lee: 3 Juan 1:2
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
BIBLIA EN UN AÑO: Salmos 87 – 89
MENSAJE
Toda persona sensata desea estar sano, tener riqueza, sentirse realizado y tener una larga vida. 1 Crónicas 29:26 – 28 dice;
"Así reinó David hijo de Isaí sobre todo Israel...Y murió en buena vejez, lleno de días, de riquezas y de gloria..."
Por lo tanto, la buena salud, una larga vida y prosperidad son la herencia de los hijos de Dios. El ejercicio físico puede que ciertamente aproveche poco comparado con los beneficios espirituales de la vida dedicada a Dios, pero un cuerpo sano es vital para una vida de éxito y duradera.
El hombre es un ser tripartito. La Biblia nos enseña que una persona se compone de espíritu, alma y cuerpo. Dios está interesado en nuestra buena salud – físicamente. Él desea que estemos sanos y completos – espíritu, alma y cuerpo. Esta sanidad completa de la persona empieza en nuestro espíritu, empieza cuando Dios toca nuestro espíritu con Su Espíritu Santo. Romanos 8:16 dice;
"El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios."
Dios creó el cuerpo humano para que fuera fuerte. Sin embargo, la buena comida y el ejercicio continuado, y el descanso diario son vitales para un cuerpo sano.
Un cuerpo sano tiene que realizar tareas diarias. Aún más, las tareas divinas son normalmente tediosas y exigentes, físicamente, emocionalmente y espiritualmente. Por lo tanto, el ejercicio y una buena salud son dos factores que hacen a Dios encomendar a las personas jóvenes tareas especiales. Por eso fortaleza y ejercitar el cuerpo son atributos comunes de aquellos que Dios usa en la Biblia.
Abraham era energético, y lo estaba lo suficientemente en forma para producir hijos incluso con más de cien años (Génesis 25:1 – 4). Moisés caminó a través del desierto, escaló montañas a sus más de ochenta años (Éxodo 7:7). David mostró agilidad y fuerza en la batalla en contra de los leones, los osos, Goliat y varios ejércitos desde su juventud. Elías exhibió rapidez y aguante mientras que era ayudado por el Espíritu Santo a adelantar el carro del rey Ahab. Las hazañas de Josué, Caleb, Sansón, Débora, Pedro, Estaban, Felipe, Juan el Amado y otros, muestras claramente que estaban físicamente en forma.
El ejercicio físico es necesario para mantener el cuerpo en forma y fuerte para el cumplimiento de grandes y poderosas cosas para Dios.
LLAMADA A LA ACCIÓN: Así pues, asegúrate de hacer ejercicio de forma regular para una vida sana, a medida que tu alma sigue prosperando.