Memoriza:“No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” Génesis 39:9
Lee: Génesis 39:4 – 10
4 Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía.
5 Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo.
6 Y dejó todo lo que tenía en mano de José, y con él no se preocupaba de cosa alguna sino del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia.
7 Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo.
8 Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene.
9 No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?
10 Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella,
MENSAJE
Ayer, hablamos sobre cómo José soñó sobre su futuro. Así que José tenía una idea de cómo sería su futuro. Armado con este conocimiento, José permaneció en la brecha hasta que llegó a su objetivo. ¿Cómo hizo esto?
Cuando Potifar vio que el el Señor estaba con José, él puso en manos de José más cosas. Se convirtió en el capataz de su casa.
La primera lección aquí es que cuando eres fiel en lo poco, se te pondrá más en tus manos. No puedes soñar con ser Presidente de tu país algún día, pero fallar en tu irresponsabilidad como capitán de la clase hoy. Cada acción que tomas durante el camino hasta llegar a ser la persona que Dios te ha destinado a ser, importan.
La segunda lección es el conocimiento, la sabiduría, la inteligencia, la riqueza de tus padres y sus conexiones no son suficientes para hacerte importante, necesitas a Dios. José sabía que no podía permitirse pecar en contra de Dios (Génesis 39;9) porque él necesitaba que Dios estuviera siempre de su lado para prosperar.
¿Sigues menospreciando la relevancia de Dios para que consigas tus sueños en la vida? Si lo haces, entonces prepárate para una vida de sufrimiento.
PUNTO DE ORACIÓN. Padre, por favor ayúdame a cumplir con mi propósito en la vida.