Devocional de los Cielos Abiertos, Viernes 23 de Julio de 2021: Cuando Viene el Avivamiento I
Cuando pensamos en avivamiento, ¿no es cierto que solemos pensar en que se produce un crecimiento milagroso de la congregación en nuestras Iglesias? En realidad esto es solo una consecuencia del poder del avivamiento, que apreciamos o notamos más cuando ocurre de manera grupal.
Diria que el avivamiento es como el reciclaje. A día de hoy, entendemos lo importante que es para la conservación de nuestro planeta que tengamos una conciencia de reciclaje, debemos de reciclar para poder mantener el planeta en el que vivimos limpio y saludable. El reciclar es algo de todos, pero empieza por uno mismo, quizás pienses que tus acciones de reciclaje son irrelevantes y no impactan en el resultado global, pero es la suma de cada individuo que decide concienciarse y reciclar lo que da el resultado esperado.
El avivamiento empieza por uno mismo, es algo individual, porque Dios trata con cada uno de nosotros de forma individual, y el efecto o consecuencia del avivamiento siempre es un crecimiento que empieza en nuestro interior y que es tan poderoso que se exterioriza, porque cuando el avivamiento viene a nuestras vidas, y el Espíritu Santo nos limpia, nos purifica, nos transforma, nos renueva, nos da fuerzas nuevas, incrementa nuestra fe, nos llena más y más de su espíritu, intensifica nuestra vida de oración, nos da revelación a través de sueños y visiones, nos hace anhelar estar en la presencia de Dios cada vez más… esa unción rebosa de tal forma que alcanza la vida de otros, porque esa es la Gran Comisión que el Señor Jesús nos encomendó en Mateo 28:18 – 19
Debemos de anhelar y desear ese avivamiento, esa renovación y restauración en nuestras vidas, cada día.
"..Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva..." Juan 7:37 - 38